Virus de antisemitismo

La noticia de que el Vaticano está revisando la actitud cristiana tradicional con respecto a Judas Iscariote, es un signo más de un bienvenido mejoramiento en las relaciones entre el judaísmo y el cristianismo.

Virus de antisemitismo

La noticia de que el Vaticano está revisando la actitud cristiana tradicional con respecto a Judas Iscariote, es un signo más de un bienvenido mejoramiento en las relaciones entre el judaísmo y el cristianismo. Durante siglos, Judas ha sido tratado como un símbolo del rechazo judío a su Mesías, que en el folklore católico, si no en la doctrina oficial, justificó la ?enseñanza del desprecio” hacia los judíos de todos los tiempos. Esto recién fue completamente repudiado en 1965, cuando el Concilio Vaticano II restableció la doctrina paulina de que Dios no había abandonado su alianza con los hijos de Israel y que, por lo tanto, era un error tratarlos como malditos o rechazados.

El papa Benedicto XVI, continuando la política de su antecesor, subrayó la importancia de ese cambio en su discurso a una delegación judía e israelí que recibió en el Vaticano. Y llegó un poco más lejos, al referirse a la espinosa cuestión de qué ocurrió con el favor providencial de Dios hacia los judíos en la época del Holocausto, o Shoah. Incluso entonces, dijo, ?en los dramáticos momentos de la Shoah, la mano del Todopoderoso los guió y los sostuvo”. En su próxima visita a Auschwitz, este año, seguramente se extenderá sobre este tema.

Históricamente, las raíces del antisemitismo racial se basan en una perversión del darwinismo y del nacionalismo alemán del siglo XIX, pero el cristianismo ya había envenenado las mentes de Europa con fundamentos religiosos en contra de los judíos. Por eso, los cristianos deben abordar el Día de la Memoria del Holocausto (27 de enero) con un espíritu de humildad, pero también con la determinación de que no olvidarán las lecciones de la historia. El virus del antisemitismo tradicional no se ha extinguido, tampoco en Gran Bretaña. Está aún más vivo en otros lugares de Europa: hace poco, el patriarca ortodoxo ruso Alexei II ha hecho un llamado a la acción del Estado para poner fin a los crímenes de odio, tras un ataque antisemita contra una sinagoga de Moscú.

Pero en la actualidad, el peligro más grande es el antijudaísmo islámico, que no recibe tantas condenas por parte de dirigentes musulmanes como el antijudaísmo cristiano por parte de dirigentes cristianos. Exabruptos como los del presidente Mahmud Ahmadinejad de Irán, son sólo un ejemplo extremo de un hilo común de la retórica militante islamista contra Israel y contra la diáspora judía. Esta enseñanza, que excede en mucho lo que permitiría cualquier doctrina de libertad de palabra, constituye  una amenaza contra la paz mundial. Es tristemente paradójico que estas declaraciones provengan de esos dirigentes musulmanes que aseguran ser más fieles a las enseñanzas del Corán, cuando durante siglos los judíos gozaron de una seguridad mucho mayor en países musulmanes conservadores que en países cristianos.

Pero el Día de la Memoria del Holocausto tampoco es un momento fácil para los cristianos británicos. El programa de enseñanza de historia nacional de las escuelas fue recientemente criticado por algunos historiadores porque le dedicaba demasiada atención a Hitler y al Holocausto. Pedían un enfoque más amplio y un mejor equilibrio. Para los creyentes religiosos, también existe el peligro de que el Holocausto, por no hablar del conflicto actual en Medio Oriente, sea tomado como una evidencia más de que la religión subyace en el corazón de demasiados conflictos sangrientos del mundo, que estaría mejor sin ella. Este punto es refutable, pero necesita ser refutado. De lo contrario, se dará por supuesto.

 

Editorial remarks

Traducción del inglés: Silvia Kot)

Editorial del semanario católico independiente británico The Tablet, del 21 de enero de 2006. Reproducido con permiso de la dirección del periódico. http://www.thetablet.co.uk