Los estudiantes judíos deberían conocer el cristianismo y los cristianos de Jerusalén

¿Por qué la mayoría de los judíos que vienen a Israel de visita o a estudiar no se contactan con cristianos y musulmanes locales ni visitan sus lugares sagrados o instituciones educativas mientras están aquí? ¿Por qué persisten en ver solo el Israel “judío” e ignoran todo lo demás que Israel tiene para ofrecer en su panorama cultural y religioso?

La semana pasada, llevé a un grupo de estudiantes judíos de Gran Bretaña a un encuentro con cristianos en el Convento Ecce Homo de las Hermanas de Sion, en la Via Dolorosa de la Ciudad Vieja de Jerusalén. Esos estudiantes pasaron un mes en Jerusalén en un programa organizado por el Movimiento Juvenil Judío Masortí (Conservador) de Gran Bretaña en cooperación con la Yeshiva Conservadora de Jerusalén, dirigida por el rabino Joel Levy. Esta fue la primera y única vez que estos estudiantes tuvieron la oportunidad de visitar una institución cristiana y conocer cristianos de Jerusalén durante su estadía: un fenómeno que es típico de la mayoría de los programas para estudiantes judíos de Israel, que nunca les muestran a sus estudiantes instituciones cristianas o musulmanas o personas de otras religiones que viven en esta ciudad y en este país.

De modo que decidí enfrentar el asunto. Les expliqué a los estudiantes que no solo viven judíos en Jerusalén y en el Estado de Israel. De hecho, en la actualidad hay alrededor de 161.000 cristianos en Israel y unos 16.000 (eran 31.000 en 1948) en Jerusalén (el número disminuyó gradualmente en las décadas recientes, porque cada vez más palestinos cristianos locales se van del país en busca de mejores oportunidades económicas en otras partes). Y de los más de 8 millones de ciudadanos de Israel, alrededor de un millón y medio, el 20,7 %, son “minorías”: la gran mayoría de estas son musulmanas, con una pequeña minoría cristiana dentro de esa minoría.

Recorrí con los estudiantes el barrio cristiano y el barrio musulmán de la Ciudad Vieja de Jerusalén y les mostré por el camino algunas de las iglesias más importantes. Cuando caminamos por la Via Dolorosa, vimos a muchos grupos cristianos que cargaban cruces y rezaban plegarias especiales mientras marchaban por el famoso camino de los peregrinos  en el corazón de Jerusalén. Ninguno de esos estudiantes había estado antes en ese camino.

En el Convento Ecce Homo, les presenté a los estudiantes a la hermana Maureen Cusick, directora de programas de Formación Bíblica del convento. La hermana Maureen — que trabaja conmigo en la educación y el diálogo interreligiosos a través del Consejo Coordinador Interreligioso (Interreligious Coordinating Council in Israel: ICCI), hoy un departamento de Rabinos por los Derechos Humanos— les dio una cálida bienvenida a los estudiantes y les ofreció información sobre la historia de las Hermanas de Sion en general y sobre su trabajo en Jerusalén, donde actúan desde1855. Ella les habló a los estudiantes sobre la nueva era del diálogo entre cristianos y judíos que se ha desarrollado en los últimos 50 años, desde la promulgación del famoso documento  vaticano “Nostra Aetate” (“En nuestro tiempo”), que fue aprobado por el Concilio Vaticano II en octubre de 1965.

Las Hermanas de Sion han sido destacadas activistas en el diálogo judeo-cristiano durante los últimos 50 años en los 22 países del mundo en los que viven, incluso, y quizás especialmente, en Jerusalén. En nuestra ciudad, también participan en el diálogo judeo-musulmán y en el triálogo judeo-cristiano-musulmán.

Los estudiantes judíos de Gran Bretaña desarrollaron un diálogo serio y sensible con la hermana Maureen y se maravillaron con la serenidad y la belleza de la espectacular terraza del Convento Ecce Homo, desde donde tuvieron una excelente vista del Monte del Templo / Haram El-Sharif y gran parte de la Ciudad Vieja de Jerusalén. Quedaron impresionados al saber que cristianos de todo el mundo que van a estudiar la Biblia al Convento Ecce Homo estudian la Biblia Hebrea con profesores judíos y el Nuevo Testamento con profesores cristianos.

La mayoría de los estudiantes judíos— y personas judías en general — que visitan Israel y Jerusalén nunca se encuentran con no-judíos cuando están en Israel. Se van del país sin descubrir la realidad de que Jerusalén es sagrada para los cristianos y los musulmanes, como lo es para los judíos.

Es hora de que esto cambie. Más judíos de todo el mundo deben conocer a cristianos y musulmanes en Jerusalén y en Israel como un conjunto — y visitar sus lugares santos y sus  instituciones educativas — para aprender que la coexistencia pacífica no solo es posible, sino que se produce todos los días, bajo el radar de los medios de comunicación habituales, que pocas veces difunden las buenas noticias de la coexistencia interreligiosa. Una de las maneras de hacer esto es a través del  Centro para el Encuentro Interreligioso con Israel del ICCI, que opera bajo el auspicio del ICCI.

Lo que contó la hermana Maureen sobre los viernes en Jerusalén les ofreció a los estudiantes un conmovedor mensaje en una forma muy clara y sencilla. Dijo que en un viernes común de Jerusalén, los musulmanes rezan a la mañana, los cristianos a la tarde, y los judíos al anochecer, ¡y todos se mezclan en Jerusalén! “A menudo, esta ciudad muestra tensiones, pero es también un lugar misterioso y especial”, dijo la hermana.

Israel es el hogar nacional del pueblo judío, pero también es un hogar para más de un millón y medio de árabes palestinos, que son musulmanes, cristianos y drusos. Ellos forman parte del fascinante tejido multicultural de nuestra sociedad. Los judíos que vienen a Israel — sin hablar de los que viven aquí — tienen que dejar de negar esto y deben incluir visitas a lugares santos cristianos, musulmanes y drusos en sus peregrinaciones didácticas a Israel y encuentros con su gente. Esto mejorará y enriquecerá enormemente su experiencia en nuestro país y creará un diálogo honesto y abierto con todos los segmentos de nuestra sociedad.

Editorial remarks

El rabino Dr. Ron Kronish, director fundador del Interreligious Coordinating Council in Israel (ICCI) nació y estudió en los Estados Unidos, y vive desde hace 35 años en Jerusalén.

Esta nota fue publicada en inglés en el Huffington Post, 21.07.2015. Se publica en este sitio con la amable autorización de su autor.

Traducción del inglés: Silvia Kot