He tenido el privilegio de conocer personalmente al rabino Melchior y de tratarlo durante mucho tiempo. Él se ha manifestado apasionadamente en favor de la paz en conferencias y seminarios organizados por mí durante los 25 años en que me desempeñé como director del Interreligious Coordinating Council de Israel (ICCI) y escribió un excelente ensayo en un libro de ensayos que publiqué después de retirarme a fines de 2015, titulado “Establishing a Religious Peace” en Coexistence and Reconciliation: Voices for Interreligious Dialogue (Paulist Press, 2015). Al escribir ahora una serie de artículos sobre los constructores de paz serios y significativos de Israel, era natural que él fuera una de las primeras personas que entrevisté con ese propósito.
El rabino Melchior es un líder, pensador y activista judío internacionalmente conocido. Ha cumplido funciones de liderazgo tanto en el gobierno como en organizaciones sin fines de lucro, en iniciativas para crear una mejor educación en Israel, desarrollar buenas relaciones entre árabes y judíos en este país, preservar el medio ambiente y establecer iniciativas de paz interreligiosa audaces e innovadoras.
El rabino Michael Melchior, descendiente de siete generaciones de rabinos en Dinamarca, nació en Copenhague, Dinamarca, en 1954. Estudió en la Yeshivat Hakotel de Jerusalén y recibió la ordenación rabínica del Gran Rabinato de Israel. Poco después, regresó a Escandinavia para desempeñarse como rabino de Oslo y luego, como Gran Rabino de Noruega. En 1986, emigró a Israel y se radicó con su familia en Jerusalén, donde se desempeña hasta hoy como rabino de una sinagoga ortodoxa, mientras conserva su título de Gran Rabino de Noruega.
En 1999, el rabino Melchior fue elegido en la Knesset. Durante los siguientes 10 años, trabajó como legislador y ministro del gobierno. Entre sus puestos de gobierno, fue el primer ministro para Asuntos Sociales y el Mundo Judío, viceministro de Educación y Cultura y viceministro de Relaciones Exteriores en el gobierno de Shimon Peres.
Desde que dejó el gobierno, el rabino Melchior ha presidido diversas organizaciones cuya tarea es promover el cambio social para lograr una sociedad democrática compartida y sustentable. Todas sus iniciativas son importantes pero, a mi juicio, su proyecto más importante es su Iniciativa de Paz Religiosa.
He seguido su trabajo revolucionario en la construcción de la paz religiosa desde que catalizó la publicación de la famosa Declaración de Alejandría en enero de 2002, durante la primera intifada (levantamiento palestino). Incluso actué como observador en nombre de una organización internacional de paz interreligiosa conocida como Religiones por la Paz en el comité de implementación de la Declaración de Alejandría que se reunió ese año. Y en años recientes, las nuevas proclamas publicadas por él y su grupo de distinguidos líderes, especialmente la Declaración de Madrid, que se publicó en España a fines de 2016 y llevó la Alianza de Civilizaciones de la ONU a su aprobación internacional en julio de 2017. A través de esta coalición singular, el rabino Melchior reunió a un grupo influyente de líderes religiosos judíos, musulmanes y cristianos no solo para dialogar por la paz sino para actuar por la paz.
Además de las diversas cumbres religiosas por la paz que organizó e implementó exitosamente el rabino Melchior con gran visión y vitalidad, me dijo, cuando lo entrevisté en su modesta oficina de Jerusalén, que él y sus colegas también son consultados para resolver problemas candentes, especialmente sobre las tensiones en el Monte del Templo/Haram Al Sharif. En años recientes, tuvieron éxito en prevenir crisis que podían provocar una confrontación violenta. A su juicio, ellos pueden ser eficaces porque han desarrollado un alto nivel de confianza entre importantes líderes religiosos.
Le pregunté al rabino Melchior qué lo motiva para seguir trabajando por la paz, a pesar de los obstáculos y los desafíos. Su respuesta fue inmediata:
“Como una persona religiosa, creo que tenemos un propósito en la vida. No podemos darnos por vencidos. ¿Quién nos da el derecho de darnos por vencidos? En nombre de nuestros hijos y los hijos de nuestros vecinos.”
Tal vez la mayor contribución del rabino Melchior en el campo de la construcción de la paz interreligiosa fue su vínculo con los musulmanes de Israel y de todo el mundo. Fue un gran amigo y socio del sheik Abdullah Nimr Darwish, el legendario fundador y líder espiritual durante décadas del Movimiento Islámico, hasta el punto de que habló en su funeral en mayo de 2017 en Israel. Según el rabino Melchior, el Sheik Abdullah llegó a ser un gran socio religioso por la paz permaneciendo fiel al Islam, como él mismo permanece fiel al judaísmo. Y el rabino sigue trabajando con su sucesor, el sheik Rayid Badir, actual líder espiritual del Movimiento Islámico de Israel, que tiene como base la ciudad árabe israelí de Kafr Kassem.
El rabino Melchior insiste en decir que se está produciendo un enorme cambio en el mundo musulmán respecto de la paz con Israel. Cree que finalmente eso influirá sobre los políticos israelíes. En su opinión, se está produciendo un cambio de paradigma y ahora los líderes religiosos judíos y musulmanes están llevando su propia identidad a la mesa de la paz.
“Se abre la Tienda de la Paz. No puede estar limitada a los constructores de la paz de los años 1990. Estamos salvando vidas.”
¿Es optimista el rabino Melchior con respecto a la paz? Sí, sin duda. Si se puede hacer la paz entre el judaísmo y el Islam, también será posible un acuerdo de paz entre israelíes y palestinos. A su juicio, la gente quiere terminar el conflicto pero no sabe cómo. Él y sus colegas están demostrando cómo se puede realizar esto por medio de sus inéditos esfuerzos de reconciliación entre judíos y musulmanes, israelíes y palestinos.
Su optimismo proviene de su padre, el rabino Bent Melchior, que a los 89 años sigue participando en el diálogo interreligioso en Copenhague, Dinamarca, donde reside, y en toda Europa. Nuestro encuentro finaliza, por supuesto, con una nota optimista, con una frase que heredó de su padre:
“Si no vemos la luz al final del túnel, no es porque la luz no está allí, sino más bien porque la luz no se encuentra en línea recta, y debemos mirar a la vuelta de la esquina.”
El rabino Melchior le aporta mucha luz e inspiración a la gente en Israel y en todo el mundo con sus ingentes esfuerzos para promover la paz religiosa entre judíos, cristianos y musulmanes en la tierra que es sagrada para todos ellos. Esperamos que siga adelante con su sagrado trabajo por la paz, para todos los hijos de Dios.