Una respuesta a Dabru Emet
A partir de la Shoah, se ha producido un cambio notable en las Iglesias luteranas, en nuestra percepción del judaísmo y el pueblo judío, sin precedentes en la historia de nuestras Iglesias. En su declaración de Driebergen (1991), la Comisión Luterana Europea Iglesia y Judaísmo (LEKKJ: Lutherische Europäische Kommission Kirche und Judentum), en la que están representados 25 cuerpos eclesiales luteranos de Europa, rechazó la tradicional ?enseñanza del desprecio” cristiana sobre los judíos y el judaísmo, y en particular, los textos antijudíos de Martín Lutero, y exhortó a incluir en adelante estas ideas en la práctica eclesial.
En este marco, la LEKKJ recibió con beneplácito la aparición de Dabru Emet: una declaración judía sobre los cristianos y el cristianismo. Dabru Emet valoriza también nuestro propio trabajo de estos últimos años. Esta declaración nos alienta y nos estimula a proseguir la tarea que hemos iniciado.
Somos conscientes de que estas nuevas ideas tienen que determinar el trabajo de nuestras congregaciones, y que todavía tenemos una gran tarea por delante. Somos conscientes de que que debemos rever algunos temas de la teología luterana que en el pasado llevaron al odio contra los judíos. Dabru Emet nos alienta a reformular con mayor claridad algunos elementos centrales de la fe cristiana, a la luz de los demandas judías, por ejemplo, el desarrollo trinitario de nuestra creencia en el Dios único.
Plenamente conscientes de que Dabru Emet es en primera instancia una propuesta de diálogo interno del judaísmo, consideramos que la declaración también es una ayuda para nosotros, para expresar y vivir nuestras propias convicciones religiosas, de manera que no denigre a los judíos, sino que los respete en su alteridad, y para expresar con mayor claridad nuestra propia fe a la luz del Otro.
Graz, Austria, 12 de mayo de 2003