Tiempo de Renovar el Compromiso: Los Doce Puntos de Berlin

En el verano de 1947, 65 judíos y cristianos de 19 países se reunieron en Seelisberg, Suiza. Se unieron para expresar su profundo dolor por el Holocausto, su determinación de luchar contra el antisemitismo, y su deseo de fomentar relaciones más fuertes entre judíos y cristianos.

Tiempo de Renovar el Compromiso: Los Doce Puntos de Berlin

Denunciaron el antisemitismo como un pecado contra Dios y la humanidad, y como un peligro para la civilización moderna. Y para plantear estas cuestiones esenciales, hicieron un llamamiento en forma de 10 puntos a las Iglesias cristianas, para reformar y renovar sus concepciones sobre el judaísmo y las relaciones entre el judaísmo y el cristianismo.  

Hoy, más de 60 años después, el Consejo Internacional de Cristianos y Judíos hace un nuevo llamamiento, esta vez, tanto a las comunidades cristianas como a las comunidades judías de todo el mundo. Esto conmemora el aniversario de la reunión de Seelisberg, que también fue el origen del Consejo Internacional de Cristianos y Judíos. El actual llamamiento refleja la necesidad de refinar los Diez Puntos de Seelisberg, de acuerdo con los avances efectuados en el diálogo interreligioso desde aquel innovador documento de 1947.

Este nuevo llamamiento contiene 12 puntos, presentados como metas, y está dirigido a los cristianos y a los judíos, y a las organizaciones de cristianos y de judíos. Después de exponer los 12 puntos y diversas tareas específicas para cada uno, el documento repasa la historia de la relación entre cristianos y judíos, que le ha proporcionado el marco contextual y el impulso a nuestra iniciativa.

Nosotros, los integrantes del Consejo Internacional de Cristianos y Judíos, hablamos juntos en este nuevo llamamiento, como miembros activos de nuestras tradiciones, con una larga historia de siglos de alienación, hostilidad y conflicto, marcada por circunstancias de persecución y violencia contra los judíos en la Europa dominada por el cristianismo, y también por momentos de gentileza y mutuo reconocimiento, en los que podemos inspirarnos.

Estimulados por la iniciativa de Seelisberg, hemos trabajado para superar la herencia de prejuicios, odios y desconfianza mutua. A través de un serio compromiso con el diálogo, el análisis autocrítico de nuestros textos y nuestras tradiciones, estudios conjuntos y acciones en común por la justicia, llegamos a entendernos mejor, nos aceptamos mutuamente en la plenitud de nuestras diferencias, y afirmamos nuestra común humanidad.  Entendemos que las relaciones judeo-cristianas no constituyen un ?problema” que debe ?solucionarse”, sino más bien un continuo proceso de aprendizaje y refinamiento. Y tal vez lo más importante: hemos encontrado amistad y confianza. Hemos buscado y hallado juntos la luz.

El trayecto no ha sido simple ni fácil. Hemos tenido muchos obstáculos y contratiempos, incluyendo conflictos —algunos bastante serios— en cuestiones teológicas o históricas. Pero nuestra determinación para proseguir con el diálogo a pesar de las dificultades, para comunicarnos con honestidad, y dar por supuesta la buena voluntad de nuestros interlocutores, nos ayudó a seguir adelante. Por estas razones, creemos que la historia, los desafíos, y los logros de nuestro diálogo son relevantes para todos los que se ocupan de conflictos intergrupales e interreligiosos.

Con este espíritu, hacemos este llamamiento a las comunidades cristianas y judías de todo el mundo.

DOCE PUNTOS