Para hacer la voluntad de nuestro Padre en el Cielo: hacia una asociación entre judíos y cristianos

Declaración de Rabinos Ortodoxos sobre el Cristianismo, 3 de diciembre de 2015

Después de casi dos milenios de hostilidad y enemistad mutua, nosotros, rabinos ortodoxos que lideramos comunidades, instituciones y seminarios en Israel, Estados Unidos y Europa, reconocemos la oportunidad histórica que tenemos hoy frente a nosotros. Tratamos de cumplir la voluntad de nuestro Padre que está en el Cielo aceptando la mano que nos ofrecen nuestros hermanos y hermanas cristianos. Judíos y cristianos debemos trabajar juntos como socios para abordar los desafíos morales de nuestra era.

1.    La Shoah terminó hace 70 años. Fue el pervertido punto culminante de siglos de falta de respeto, opresión y rechazo a los judíos y la consiguiente enemistad que se desarrolló entre los judíos y cristianos. En retrospectiva, está claro que el fracaso en desmontar ese desprecio y entablar un diálogo constructivo por el bien de la humanidad debilitó la resistencia a las malignas fuerzas del antisemitismo que sumieron al mundo en el asesinato y el genocidio.

2.    Reconocemos que desde el Concilio Vaticano II las enseñanzas oficiales de la Iglesia Católica sobre el judaísmo han cambiado de manera fundamental e irrevocable. La promulgación de Nostra Aetate hace cincuenta años inició el proceso de reconciliación entre nuestras dos comunidades. Nostra Aetate y los documentos oficiales de la Iglesia posteriores que inspiró, rechazaron en forma inequívoca cualquier forma de antisemitismo, afirmaron la Alianza eterna entre D-s y el pueblo judío, rechazaron el deicidio y subrayaron la relación única entre cristianos y judíos, que fueron llamados "nuestros hermanos mayores" por el Papa Juan Pablo II y "nuestros padres en la fe" por el Papa Benedicto XVI. Sobre esta base, los católicos y otras autoridades cristianas comenzaron un diálogo honesto con los judíos, que ha crecido durante las últimas cinco décadas. Apreciamos la afirmación de la Iglesia acerca del lugar único de Israel en la historia sagrada y la redención final del mundo. Los judíos de hoy han experimentado amor y respeto sinceros de parte de muchos cristianos, que se han expresado en muchas iniciativas de diálogo, reuniones y conferencias en todo el mundo.

3.    Al igual que Maimónides y Yehudá Halevi,[1] reconocemos que el cristianismo no es ni un accidente ni un error, sino el resultado de la voluntad divina y un don a las naciones. Al separar judaísmo y cristianismo, D-s quiso una separación entre socios con diferencias teológicas importantes, pero no una separación entre enemigos. El rabino Jacob Emden escribió que “Jesús le trajo un doble bien al mundo. Por un lado, fortaleció la Torá de Moisés majestuosamente... y ninguno de nuestros Sabios habló con mayor énfasis sobre la inmutabilidad de la Torá. Por otro lado, eliminó los ídolos de las naciones y comprometió a estas con los siete mandamientos de Noé, para que no se comportaran como animales del campo, y les inculcó firmemente rasgos morales... Los cristianos son congregaciones que trabajan por las realidades celestiales, que están destinadas a perdurar, y están motivados por las realidades celestiales, y cuya recompensa no será negada”.[2] El rabino Samson Raphael Hirsch nos enseñó que los cristianos “han aceptado la Biblia judía del Antiguo Testamento como un libro de revelación divina. Ellos profesan su fe en el D-s del Cielo y de la Tierra como se proclama en la Biblia y reconocen la soberanía de la Divina Providencia”.[3] Ahora que la Iglesia Católica ha reconocido la Alianza eterna entre D-s e Israel, nosotros los judíos podemos reconocer la validez constructiva permanente del cristianismo como nuestro socio en la redención del mundo, sin ningún temor de que esto sea explotado con fines misioneros. Según lo declarado por el Gran Rabinato de la Comisión Bilateral de Israel con la Santa Sede, bajo la dirección del rabino Shear Yashuv Cohen, “Ya no somos enemigos, sino socios inequívocos en la articulación de los valores morales esenciales para la supervivencia y el bienestar de la humanidad".[4] Ninguno de nosotros puede lograr por sí solo la misión de D-s en este mundo.

4.    Tanto los judíos como los cristianos tenemos una misión de alianza común para perfeccionar el mundo bajo la soberanía del Todopoderoso, para que toda la humanidad pueda invocar Su nombre y las abominaciones sean removidas de la tierra. Entendemos las dudas de ambos lados al afirmar esta verdad y hacemos un llamado a nuestras comunidades para superar estos temores con el fin de establecer una relación de confianza y respeto. El rabino Hirsch también enseñó que el Talmud pone a los cristianos “en lo que respecta a los deberes entre los hombres exactamente en el mismo nivel que los judíos. Tanto los cristianos como lo judíos tienen derecho a los beneficios  de todos los deberes, no sólo de la justicia, sino también de un activo amor fraternal humano”.  En el pasado, las relaciones entre los cristianos y los judíos a menudo fueron vistas a través de la conflictiva relación de Esaú y Jacob. Pero el rabino Naftali Zvi Berliner (Netziv) ya entendió al final del siglo XIX que los judíos y los cristianos están destinados por D-s para ser socios de amor: "En el futuro, cuando los hijos de Esaú sean movidos por el espíritu puro para reconocer al pueblo de Israel y sus virtudes, nosotros también seremos movidos a reconocer que Esaú es nuestro hermano".[5]

5.    Nosotros, judíos y cristianos, tenemos más cosas en común que las que nos dividen: el monoteísmo ético de Abraham; la relación con el Único Creador del Cielo y de la Tierra, que nos ama y nos cuida a todos, las Sagradas Escrituras judías, la creencia en una tradición irrevocable y los valores de la vida, la familia, la rectitud compasiva, la justicia, la libertad inalienable, el amor universal y la definitiva paz mundial. Rabí Moisés Rivkis (Beer Hagoleh) confirma esto y escribió que "los Sabios hicieron referencia solamente a los idólatras de su época que no creían en la Creación del mundo, el Éxodo, los hechos milagrosos de D-s y la ley dada por D-s. Por el contrario, las personas entre las que nos encontramos dispersos creen en todos estos elementos esenciales de la religión".[6]

6.    Nuestra asociación de ninguna manera minimiza las diferencias actuales entre las dos comunidades y las dos religiones. Creemos que D-s emplea muchos mensajeros para revelar Su verdad, y afirmamos las obligaciones éticas fundamentales que todas las personas tienen ante D-s, que el judaísmo ha enseñado siempre a través de la alianza universal con Noé.

7.    En la imitación de D-s, judíos y cristianos deben ofrecer modelos de servicio, amor incondicional y santidad. Todos estamos creados según la Santa Imagen de D-s. Judíos y cristianos seguiremos dedicados a la Alianza, desempeñando juntos un papel activo en la redención del mundo.

 

Firmantes (en orden alfabético):

 

Rabino Jehoshua Ahrens (Alemania)?

Rabino Marc Angel (Estados Unidos)?

Rabino Isak Asiel (Gran Rabino de Serbia)?

Rabino David Bigman (Israel)?

Rabino David Bollag (Suiza)?

Rabino David Brodman (Israel)?

Rabino Natan Lopez Cardozo (Israel)?

Rav Yehudah Gilad (Israel)?

Rabino Alon Goshen-Gottstein (Israel)?

Rabino Irving Greenberg (Estados Unidos)?

Rabino Marc Raphael Guedj (Suiza)?

Rabino Eugene Korn (Israel)?

Rabino Daniel Landes (Israel)?

Rabino Steven Langnas (Alemania)?

Rabino Benjamin Lau (Israel)?

Rabino Simon Livson (Gran Rabino de Finlandia)?

Rabino Asher Lopatin (Estados Unidos)?

Rabino Shlomo Riskin (Israel)?

Rabino David Rosen (Israel)?

Rabino Naftali Rothenberg (Israel)?

Rabino Hanan Schlesinger (Israel)?

Rabino Shmuel Sirat (Francia)?

Rabino Daniel Sperber (Israel)?

Rabino Jeremiah Wohlberg (Estados Unidos)?

Rabino Alan Yuter (Israel)

[1] Mishné Torá, Leyes de Reyes 11: 4 (edición sin censura); Kuzari, sección 04:22

[2] Seder Olam Rabá 35 a 37; Sefer ha-Shimush 15-17.

[3]Principios de la Educación, "Judaísmo Talmúdico y Sociedad", 225-227.

[4] Cuarta reunión de la Comisión Bilateral del Gran Rabinato de Israel y de la Comisión de la Santa Sede para las Relaciones Religiosas con el Judaísmo, Grottaferrata, Italia (19 de octubre de 2004).

[5] Comentario sobre Génesis 33,4.

[6] Glosa sobre Shuljan Aruj, Hoshen Mishpat, Sección 425:5.

Editorial remarks

Traducción: Padre Daniel Alejandro Cutri

Revisión: Silvia Kot