La versión revisada de la oración por los judíos del Viernes Santo

La siguiente resolución, adoptada en la reunión del 12 de enero de 2009 del Diálogo Judeo-Cristiano de Montreal, enuncia la posición del Diálogo a propósito de la reciente controversia suscitada por el permiso que el papa Benedicto XVI le otorgó a un pequeño grupo de católicos de utilizar el Misal Romano de 1962, que contiene una oración por la conversión de los judíos. La resolución (3a parte) es precedida por los antecedentes históricos (1ª parte) y un sumario de las deliberaciones entre los miembros del Diálogo (2ª parte).

La versión revisada de la oración por los judíos del Viernes Santo

1. Antecedentes históricos

El 7 de julio de 2007, el papa Benedicto XVI autorizó un uso más extendido de la versión tradicional de la Misa Latina (según el rito tridentino) que se encuentra en la versión de 1962 del Misal romano autorizado por el papa Juan XXIII. El permiso de utilizar ese “rito extraordinario” junto con el rito “ordinario” suscitó las protestas de diversos grupos judíos y cristianos, porque su ritual del Viernes Santo contiene la siguiente plegaria por la conversión de los judíos:

Oremos también por los judíos, para que el Dios nuestro Señor les quite el velo de sus corazones para que, con nosotros, reconozcan a nuestro Señor Jesucristo.


Oremos […]: Dios omnipotente y eterno, que nunca niegas tu misericordia, ni siquiera a los judíos, atiende la súplica que te elevamos por este pueblo ciego para que, reconociendo la luz de tu verdad, que es Cristo, sea arrancado de sus tinieblas. Te lo pedimos por Jesucristo nuestro Señor. Amén

Esta plegaria está en contradicción con el importante cambio de actitud de la Iglesia hacia el pueblo judío, tal como se expresa en el número 4 de la declaración Nostra Aetate:

[…] El Sagrado Concilio recuerda los vínculos con que el pueblo del Nuevo Testamento está espiritualmente unido con la estirpe de Abraham.

Pues la Iglesia de Cristo reconoce que los comienzos de su fe y de su elección se encuentran ya en los Patriarcas, en Moisés y los Profetas, conforme al misterio salvífico de Dios. […] La Iglesia no puede olvidar que ha recibido la Revelación del Antiguo Testamento por medio de aquel pueblo, con quien Dios, por su inefable misericordia se dignó establecer la Antigua Alianza, ni puede olvidar que se nutre de la raíz del buen olivo en el que se han injertado las ramas del olivo silvestre que son los gentiles (cf. Rm 11,17-24). […] La Iglesia tiene siempre además ante sus ojos las palabras del Apóstol Pablo sobre sus hermanos de sangre, “a quienes pertenecen la adopción y la gloria, la alianza, la Ley, el culto y las promesas; y también los Patriarcas, de quienes procede Cristo según la carne” (Rm 9, 4-5). […] Recuerda también que los Apóstoles, fundamentos y columnas de la Iglesia, nacieron del pueblo judío, así como muchísimos de aquellos primeros discípulos que anunciaron al mundo el Evangelio de Cristo. […] Gran parte de los judíos no aceptaron el Evangelio e incluso no pocos se opusieron a su difusión (Rm 11,28). No obstante, según el Apóstol, los judíos siguen siendo muy amados de Dios a causa de sus padres, porque Dios no se arrepiente de sus dones y de su vocación. La Iglesia, juntamente con los Profetas y el mismo Apóstol, espera el día, que sólo Dios conoce, en que todos los pueblos invocarán al Señor con una sola voz y “le servirán como un solo hombre” (Sofonías 3, 9; cf. Is 66,23; Sal 65,4; Rm 11, 11-32).

La plegaria de 1962 también está en contradicción con el nuevo Misal promulgado por el papa Pablo VI en 1970 como “rito ordinario”, que incluye una oración por los judíos muy diferente:

Oremos por el pueblo judío, el primero a quien Dios habló desde antiguo por los profetas. Para que el Señor acreciente en ellos el amor de su nombre y la fidelidad a la alianza. Dios todopoderoso y eterno, que confiaste tus promesas a Abraham y su descendencia, escucha con piedad las súplicas de tu Iglesia, para que el pueblo de la primera alianza llegue a conseguir en plenitud la redención. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

Como consecuencia de las protestas suscitadas por su autorización para utilizar el Misal de 1962, el papa Benedicto XVI hizo publicar el 4 de febrero de 2008 un texto que reemplaza la cuestionada oración del Viernes Santo. La versión revisada de la oración por los judíos (Oremus et pro Iudaeis) es la siguiente:

Oremos, también, por los judíos. Para que nuestro Dios y Señor ilumine sus corazones a fin de que reconozcan a Jesucristo como el Salvador de todos los hombres.

Oremos […]: Dios todopoderoso y eterno, que quieres que todos los hombres se salven y lleguen al conocimiento de la verdad, concede en tu benevolencia que entrando en tu Iglesia la plenitud de las naciones, todo Israel sea salvo. Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén.

2. Sumario de las deliberaciones

El Diálogo Judeo-Cristiano de Montreal (DJCM) está constituido por representantes de varios grupos cristianos importantes, y varios representantes designados por la Arquidiócesis de Montreal y por el Congreso Judío Canadiense. Desarrolla sus actividades desde hace más de una generación. Los participantes del DJCM valoran el progreso realizado en el seno de este diálogo, así como el que han realizado otros grupos en todo el mundo, en lo que respecta a la comprensión y el respeto mutuos, y están comprometidos a proseguirlo. También valoran el hecho de que la Iglesia Católica reconozca al judaísmo como una religión viva, a la que es inapropiado intentar disminuir. Pero la versión revisada de la plegaria de 1962 por los judíos ha despertado serias preocupaciones acerca del significado de ese reconocimiento y sus consecuencias. Tras varios meses de diálogo a propósito de esa plegaria revisada, el DJCM ha decidido alertar a los dos grupos que lo constituyen sobre el acuerdo entre los interlocutores respecto de varios puntos relativos a esa plegaria.

  1. La versión revisada de 1962 de la oración del Viernes Santo es particular, y completamente diferente de todo lo que los demás católicos, que utilizan el “rito ordinario” de 1970, dicen en el Viernes Santo. El Diálogo sostiene que esta diferencia crea una “ruptura” entre la teología de la plegaria del “rito extraordinario” y la del “rito ordinario”, una división que dificulta la comprensión, tanto para quienes estamos en el interior de la Iglesia Católica como para los de afuera, de cuál es realmente la posición de la Iglesia con respecto a los judíos.
  2. La versión revisada de la Oratio pro Iudaeis contradice las declaraciones y el espíritu del Concilio Vaticano II, de Nostra Aetate, y de las palabras y actitudes oficiales de la Iglesia Católica con respecto a los judíos a partir de Nostra Aetate.
  3. Entendemos que, cuando la plegaria revisada de 1962 expresa el deseo de que, “entrando en tu Iglesia la plenitud de las naciones, todo Israel sea salvo” , manifiesta una esperanza “escatológica”. Pero las esperanzas y las actitudes concernientes al final de los tiempos moldean el pensamiento, la actitud y la acción en el presente. A nuestro Diálogo le preocupa el peligro de que esa plegaria les enseñe a los fieles una actitud negativa hacia los judíos, contrariamente a la plegaria de 1970.
  4. Nostra Aetate dice que la Iglesia “espera el día, que sólo Dios conoce, en que todos los pueblos invocarán al Señor con una sola voz y le servirán como un solo hombre” . Esto no excluye necesariamente a la alianza anterior de Dios con los judíos, mientras que la revisión del papa Benedicto XVI de la plegaria de 1962 parece hacerlo, cuando declara que Dios quiere “que todos los hombres se salven” , pide que los judíos reconozcan a “Jesucristo como el salvador de todos los hombres” , y le implora a Dios que otorgue la salvación a “todo Israel” . Así formulada, esta plegaria parece presentar una idea mesiánica de un final de los tiempos en el que los judíos dejarían de ser judíos, y se harían cristianos para alcanzar la redención y la salvación. Esta idea es problemática para los miembros cristianos del DJCM, y simplemente inaceptable para los miembros judíos. Como la Iglesia Católica ha renunciado a desarrollar actividades especiales para convertir a los judíos, nos inquieta que esta versión de la oración por los judíos pueda ser percibida como un apoyo a actividades especiales de conversión.
  5. Nostra Aetate y la plegaria de 1970 del Misal del papa Pablo VI constituyen una expresión positiva de reconocimiento de la herencia común al cristianismo y al judaísmo. Nos preocupa que la plegaria revisada de 1962 pueda socavar los vinculos fraternales que se han construido sobre la base de los rasgos comunes expresados en Nostra Aetate y en la plegaria de 1970.

3. Resolución

El Diálogo Judeo-Cristiano de Montreal ha resuelto que sus representantes católicos y judíos difundan las preocupaciones aquí enunciadas. Que se sepa que les participantes de este Diálogo esperan que la Oración por los Judíos de 1962 (Oremus et pro Iudaeis) sea reemplazada no por la versión revisada del 4 de febrero de 2008, sino por la plegaria del Misal de 1970 del papa Pablo VI que usa la enorme mayoría de los católicos a través de todo el mundo.

Editorial remarks

Traducción del francés: Silvia Kot