Bruselas, 1º de diciembre de 2016
Querido Dr. Philippe Markiewicz,
Querido presidente del Consistorio Central Israelita,
Querido hermano,
El próximo año conmemoraremos en todo el mundo la Reforma del siglo XVI, cuyo punto de partida se sitúa en 1517, el año en que el monje agustino Martín Lutero clavó sus tesis en la puerta de la iglesia de Wittenberg.
Nuestros países también han desempeñado un importante papel en el movimiento reformista que continuó y entró a la historia con el nombre de Reforma. En efecto, las nuevas ideas se propagaron rápidamente en la ciudad portuaria de Amberes. No fue casualidad que los primeros mártires de la Reforma fueran monjes agustinos amberinos. El movimiento de Lutero también inició el movimiento de la Reforma en el territorio que más tarde se llamaría Bélgica.
Todas las Iglesias protestantes tradicionales, como la Iglesia Evangélica de Alemania, la Iglesia Protestante de los Países Bajos y la Iglesia Protestante Unida de Bélgica, están históricamente vinculadas con Lutero. El hecho de que la Reforma volviera a los textos originales del Tanaj y del Evangelio fue un aporte fundamental para nosotros, sobre todo para establecer nuevos contactos entre las Iglesias y las Sinagogas.
Pero en nuestra condición de Iglesia Protestante Unida de Bélgica, no podemos ni queremos conmemorar el comienzo de la Reforma sin recordar una parte muy lamentable de su historia. Nos referimos a algunas declaraciones de Lutero sobre los judíos, consignadas sobre todo en su panfleto Von den Juden und ihren Lügen (“Los judíos y sus mentiras”).
Como lo hicimos en el pasado, hoy, en vísperas del año 2017, queremos rechazar formalmente una vez más las expresiones de Lutero concernientes a los judíos. Aunque existe un debate científico sobre la posible relación de causalidad entre esas manifestaciones de Lutero y formas ulteriores de antisemitismo en los ambientes protestantes, queremos distanciarnos claramente de las palabras de Lutero y transmitirles esto con toda claridad a ustedes y a nuestros fieles.
Usted y yo solemos encontrarnos con mucha frecuencia, especialmente en toda clase de cuerpos consultivos, pues ambos somos presidentes de un culto minoritario. Con la mente abierta, ambos nos involucramos profundamente en la lucha contra la discriminación, el racismo, el antisemitismo y la xenofobia.
Además, las Iglesias protestantes locales asumen sus responsabilidades con sus vecinos judíos. Teniendo siempre en cuenta las características propias de los judíos y los cristianos, y desarrollando una mejor comprensión de los textos bíblicos, nosotros, miembros de la Iglesia Protestante Unida de Bélgica, nos comprometemos día tras día, junto con nuestros hermanos judíos, con la visión de los profetas y con un mundo más vivible, en el que cada uno tenga su lugar.
De parte de la Iglesia Protestante Unida de Bélgica,
con nuestros saludos fraternales,
Pastor Steven H. Fuite
Presidente del sínodo