Esta violencia brutal ha devastado las vidas de muchas familias. Mientras los relatos de estos sucesos siguen desarrollándose, vemos que han perdido la vida más judíos que nunca en un solo día desde la Shoá. El uso de la palabra pogromo para designar este hecho está ahora extendido y justificado por los relatos de las personas tomadas como rehenes en sus hogares.
Aunque las palabras son inadecuadas para expresar el horror, la conmoción y el dolor, no deben faltarnos cuando queremos designar la inmoralidad del mal.
No puede haber justificación ni legitimación de esta espantosa brutalidad; de hecho, es perverso llamar a esto una lucha legítima para poner fin a la ocupación.
Nosotros, en el ICCJ, nos unimos a muchos en todo el mundo y abrazamos a las familias destrozadas y lloramos su pérdida.
Rezamos por los heridos y por los que siguen desaparecidos o como rehenes.
Rezamos por todos, israelíes y palestinos por igual, que están sufriendo como resultado de este salvajismo.
Expresamos nuestro dolor y temor por las próximas semanas, estamos entrando en lo que puede ser un túnel largo y muy oscuro, y se necesitará fuerza y esperanza.
Agradecemos a nuestras organizaciones miembros por las enérgicas declaraciones que emitieron y las acciones que ya emprendieron a nivel local.
No debemos permitir que la violencia empañe nuestra importante labor; no debemos permitir que esta guerra haga descarrilar el diálogo que hemos mantenido durante muchas décadas.
Declaramos nuestra decisión de seguir adelante pese a esta profunda herida en nuestros corazones y de "permanecer en la habitación", aunque las conversaciones se vuelvan extremadamente difíciles.
Rezamos para que la fuerza interior sea concedida a todos, rezamos por la esperanza, rezamos por la paz.
Firmado por el Comité Ejecutivo del Consejo Internacional de Cristianos y Judíos (ICCJ)
Casa Martin Buber, Heppenheim, Alemania, 10 de octubre de 2023.