Declaración de Montevideo
Establecer una red de organizaciones que promueven el diálogo judeo-cristiano en los países de América Latina y el Caribe. Intercambiar experiencias, promover el establecimiento de instancias nacionales de diálogo donde aún no existen, y estrechar vínculos con el ICCJ.
Promover la difusión, el estudio y la aplicación de “Los 12 puntos de Berlín” [LINK] desde las organizaciones aquí representadas.
Fomentar y extender el diálogo interior y entre las distintas comunidades religiosas nacionales para motivar la participación mayoritaria de los creyentes.
Alentar el estudio mutuo de los textos religiosos. Incentivar el diálogo teológico como respaldo a la adecuada formación inicial de los sacerdotes, pastores y rabinos y la formación religiosa de niños y adultos en las comunidades y los centros educativos.
Manifestar públicamente el diálogo judeo-cristiano como testimonio de nuestra fe que no admite fundamentalismos, prejuicios y estigmatizaciones de ningún tipo. Desde esta perspectiva, ratificamos aquí nuestra apertura a otras cosmovisiones religiosas y de fe presentes en nuestro continente.
Estimular el compromiso conjunto de los integrantes de nuestras comunidades para promover la justicia y la responsabilidad social, la práctica efectiva de los derechos y deberes de los ciudadanos y el cuidado bíblico de la Tierra y de toda la Creación.
Participar activamente y desde los valores que promueven nuestra experiencia interreligiosa en la celebración del Bicentenario de la Independencia que ocupará a varios de nuestros países latinoamericanos en los próximos años.
Apoyar a los grupos de jóvenes en nuestras organizaciones para la construcción de un mundo fraterno y en paz.