Declaración conjunta, 19ª reunión del Comité Internacional de Enlace Católico-Judío, Ciudad del Cabo, Sudáfrica, 4 al 7 de noviembre de 2006

Del 4 al 7 de noviembre de 2006, tuvo lugar en Ciudad del Cabo, Sudáfrica, la 19ª reunión del Comité Internacional de Enlace Católico-Judío (ILC), patrocinada por la Arquidiócesis de Ciudad del Cabo y el Consejo provincial para Ciudad del Cabo del Organismo de representantes judíos de Sudáfrica.

Declaración conjunta

19ª reunión del Comité Internacional de Enlace Católico-Judío

Ciudad del Cabo, Sudáfrica, 4 al 7 de noviembre de 2006

Del 4 al 7 de noviembre de 2006, tuvo lugar en Ciudad del Cabo, Sudáfrica, la 19ª reunión del Comité Internacional de Enlace Católico-Judío (ILC), patrocinada por la Arquidiócesis de Ciudad del Cabo y el Consejo provincial para Ciudad del Cabo del Organismo de representantes judíos de Sudáfrica. Esta es la primera vez que la reunión tiene lugar en el continente africano. El tema de la 19ª reunión del ILC fue “Dignificar la imagen divina”: perspectivas judías y católicas sobre el cuidado de la salud, con referencia especial a la pandemia de VIH/sida. La elección del tema refleja el compromiso del ILC para pasar de un diálogo puramente discursivo al diálogo de acción conjunta, que ya se había visto en la 18ª reunión del ILC, realizada en Buenos Aires en 2004. La elección de Sudáfrica para realizar este encuentro refleja la presencia allí de una comunidad judía y una comunidad católica muy activas, y también sus respectivas respuestas e iniciativas en relación con la pandemia VIH/sida.

Esta fue la primera reunión del ILC efectuada después del 40º aniversario de la histórica declaración del Concilio Vaticano II Nostra Aetate, que transformó significativamente las relaciones entre la Iglesia Católica y el pueblo judío. En este último año se llevaron a cabo diversas celebraciones en todo el mundo, así como una celebración oficial en Roma, organizada por la Comisión de la Santa Sede para las Relaciones Religiosas con los Judíos. Los miembros del ILC expresaron una gran satisfacción por el nivel y la envergadura de estas conmemoraciones, que dan testimonio del compromiso de ambas partes para avanzar en su relación bilateral única. Los participantes de la reunión del ILC reafirmaron la importancia de educar a los integrantes de sus respectivas comunidades en cuanto a los cambios positivos producidos en la relación entre judíos y católicos, inaugurados por la promulgación de Nostra Aetate, 41 años atrás. Esta es una tarea a realizar tanto para las comunidades católicas –especialmente en los países en vías de desarrollo y regiones de rápido crecimiento demográfico, como África, Asia y América Latina, donde no siempre hay comunidades judías–, como para las comunidades judías de Israel y de otras partes del mundo que a veces tienen poco contacto con cristianos.

Desde nuestro último encuentro, el diálogo judeo-católico ha perdido, con la muerte del papa Juan Pablo II, a uno de sus pilares fundamentales. En esta oportunidad, queremos recordar respetuosamente su histórica contribución, a lo largo de su pontificado, al avance del diálogo entre la Iglesia y el pueblo judío, y entre la Santa Sede y el Estado de Israel. Los participantes del ILC han observado con satisfacción la efectividad cada vez mayor del diálogo, incluyendo el diálogo entre la Comisión Pontificia para las Relaciones Religiosas con los Judíos y el Gran Rabinato de Israel, que demuestra que ambas partes han sentido la necesidad de consolidar un intercambio abierto y productivo sobre los grandes problemas que enfrenta la fe religiosa en las actuales circunstancias del mundo.

La 19ª reunión del ILC se inició con un acto público patrocinado por la alcaldesa de Ciudad del Cabo, la Honorable Helen Zille, y en presencia de autoridades municipales, regionales y nacionales de Sudáfrica, así como personalidades religiosas locales. Además de los co-presidentes del ILC, el cardenal Walter Kasper y el rabino David Rosen, hablaron en la sesión inaugural el gran rabino de Israel Yonah Metzger, el presidente del Comité Judío Internacional para Consultas Interreligiosas, rabino Israel Singer, el presidente de la Conferencia Sudafricana de Obispos Católicos, cardenal Wilfrid Fox Napier, el gran rabino de Sudáfrica, Warren Goldstein, la presidenta del Consejo provincial para Ciudad del Cabo del Organismo de representantes judíos de Sudáfrica en Ciudad del Cabo, Sra. Moonyeen Castle y el gobernador de la provincia de Western Cape, Señor Ebrahim Rasool. La vicepresidenta de Sudáfrica, Phumzile Mlambo Ngcuka habló ante la asamblea en la primera sesión plenaria.

Las deliberaciones del ILC se concentraron en los imperativos derivados de nuestra afirmación común de que todos los seres humanos son creados según la imagen divina. La extrema vulnerabilidad de los enfermos requiere una especial atención de nuestra parte. En el cuidado de los enfermos y los desfavorecidos se percibe la verdadera imitación de los atributos divinos.

Además de profundizar nuestra comprensión de los valores que guían a nuestras respectivas tradiciones enraizadas en un patrimonio bíblico común, las presentaciones y las discusiones también giraron en torno a las responsabilidades específicas referidas al VIH/sida. Esto incluye la educación, el tratamiento, el cuidado, especialmente a los huérfanos y a las personas afectadas por el sida, y la necesidad de eliminar la estigmatización y la marginalización.

Sin dejar de reconocer que nuestras respectivas tradiciones pueden diferir en cuanto a las posibles estrategias preventivas con respecto al VIH/sida y enfermedades relacionadas, nos unimos sin reservas para pedir terapias paliativas irrestrictas y una atención apropiada para todas las personas que sufren, amenazadas y perseguidas por esta trágica pandemia. Este llamado se dirige especialmente a los gobiernos y a todos los que tienen el poder, los medios y la influencia para implementarlo.

Se hizo especial hincapié en las razones que subyacen tras la tendencia a estigmatizar a los enfermos, y en la necesidad de que la enseñanza religiosa destaque que cada persona es portadora de una dignidad inviolable por estar creada a imagen de Dios. Esta dignidad nunca puede perderse ni menoscabarse, en ninguna circunstancia, y cualquiera sea la situación personal de cada individuo. La realidad de millones de huérfanos, especialmente en el África subsahariana, fue considerada como un llamado urgente para que la comunidad internacional le preste una mayor atención, tendiente a promover el desarrollo económico y social de los países involucrados.

Los participantes también visitaron algunos proyectos prácticos en el área de Ciudad del Cabo, en los que intervienen la Iglesia Católica y la comunidad judía, con el objeto de identificar las mejores y más efectivas maneras de enfrentar juntos el desafío de la pandemia.

El ILC también abordó temas específicos resultantes de las deliberaciones de la 18ª reunión: en particular, la necesidad de expandir e intensificar la cooperación entre nuestras comunidades, condenar y reaccionar ante el antisemitismo resurgente, la intolerancia y el terrorismo. Recordamos otra vez las palabras del papa Juan Pablo II, cuando dijo que el antisemitismo es un pecado contra Dios y contra la humanidad.

Los delegados resolvieron emprender un amplio programa de educación para hacer conocer los significativos avances que han tenido lugar en las relaciones judeo-católicas a partir del Concilio Vaticano II.* Se comprometieron a realizar esos esfuerzos educativos tanto en las comunidades judías como en las católicas, y a movilizar los recursos de sus respectivas organizaciones religiosas y comunitarias para que esto se convierta en una parte significativa de sus agendas separadas y conjuntas. Coincidieron en que se deben implementar diferentes programas para los diferentes grupos de edades, contextos culturales y para ambas comunidades religiosas, reconociendo que la educación es la llave para el respeto mutuo y el liderazgo moral conjunto que constituyen la base de su relación.

Los delegados del ILC deploraron el auge de la retórica radical fundamentalista, presentada a menudo bajo terminologías y sentimientos religiosos, y acordaron trabajar por un diálogo interreligioso serio y multilateral. Hemos decidido trabajar juntos en la perspectiva del papa Benedicto XVI de un diálogo interreligioso fructífero que promueva un auténtico respeto entre las culturas y las religiones. En este contexto, el ILC analizó diversas maneras de abordar el diálogo entre judíos, cristianos y musulmanes, en forma de un diálogo trilateral basado en el reconocimiento de que, mientras que existe una obligación de oponerse al abuso violento y perjudicial de la religión, para combatir las influencias extremistas es necesario encontrar y fortalecer la expresión de las voces moderadas predominantes en cada cultura.

Al mismo tiempo que enfrentamos el terror de la peste y la pobreza, enfrentamos el terror de la violencia y el odio humano. En este sentido, condenamos la negación del Holocausto, y reafirmamos el reconocimiento del derecho del Estado Judío a vivir en seguridad y paz.

Frente al aumento de la violencia en el mundo, los delegados del ILC reafirmaron su compromiso de trabajar por la justicia y la paz, especialmente en el Medio Oriente. Nuestras herencias religiosas nos ofrecen los principios y la motivación para hacer todo lo que esté a nuestro alcance para vencer al terrorismo y la violencia que nos rodea, a través de una vigorosa defensa y promoción de la dignidad, la seguridad y la libertad de todos los seres humanos. Estamos convencidos de que al profundizar nuestra comprensión mutua y nuestra cooperación, y extender esto más allá de nuestra relación bilateral, podemos ser una fuerza en favor del bien, dignificando la imagen divina en nuestro mundo.

Ciudad del Cabo, Sudáfrica, noviembre de 2006

Editorial remarks

* Este párrafo se refiere a la ponencia de Lawrence H. Schiffman and Joseph Sievers, Aprender sobre nosotros mismos mientras aprendemos unos de otros: propuestas para la educación judía y católica.

Traducción: Silvia Kot