Comunicado del Santo Sínodo de Obispos de la Iglesia Ortodoxa Serbia sobre carteles antisemitas
Frente a los carteles y graffiti antisemitas que aparecieron en Belgrado el 22 de marzo de este año, y a otras demostraciones anteriores, similares y en algunos casos aún más descaradas, inhumanas y maliciosas de prejuicio e intolerancia hacia el pueblo judío, el Santo Sínodo de Obispos de la Iglesia Ortodoxa Serbia, reunido hoy, 24 de marzo, para orar en memoria de las víctimas inocentes de los bombardeos de la alianza de la OTAN, desea comunicar lo siguiente:
- Una vez más, como lo hicimos en años anteriores, condenamos con la mayor firmeza toda forma y toda manifestación de antisemitismo. Este fenómeno es inaceptable desde el punto de vista teológico, moral, de la civilización, y en cualquier otro aspecto.
- Al mismo tiempo, rechazamos resuelta e incondicionalmente cualquier intento, cualquiera sea su origen, de negar, devaluar o minimizar el Holocausto perpetrado contra los judíos en la Segunda Guerra Mundial. Tales intentos son especialmente dolorosos e insultantes para nosotros ahora, cuando se conmemora el 60 aniversario de la liberación de los campos de exterminio de Auschwitz y Jasenovac, donde serbios y judíos sufrieron persecución y murieron por el solo hecho de ser quienes eran. Nosotros, los serbios, debemos mostrar especial empatía y compasión hacia el sufrimiento y las pérdidas del pueblo judío, tanto como cristianos ortodoxos como en nuestra calidad de pueblo que en su lejano y no tan lejano pasado ha sido sometido también a un gran sufrimiento, y sigue sufriendo en la actualidad en Kosovo y Metohija. Si nos duelen nuestras propias heridas -y nos duelen-, también deben dolernos las heridas de todos los pueblos y todas las naciones, y especialmente las de un pueblo cuyas pérdidas en un genocidio ascienden a millones.
- También rechazamos y condenamos todas las calumnias y falsas imputaciones referentes a una supuesta característica psicológica criminal del pueblo judío. Nuestro pueblo y nuestros fieles saben muy bien lo que significa ser calumniado, excluido y difamado. El pueblo judío lo sabe mejor que ningún otro pueblo, a través de su dolorosa experiencia. Por eso, el pecado de aquellos individuos y grupos que emprenden una campaña de calumnias contra los judíos es aún más grande.
- Estamos convencidos de que las autoridades estatales pertinentes tomarán todas las medidas necesarias para impedir esos infortunados incidentes. La paz, la libertad, la seguridad y la convivencia de todos los pueblos y todas las comunidades étnicas y religiosas en mutuo respeto y cooperación por el bien común no debe representar meramente un código europeo moderno para la conducta pública y privada o una responsabilidad internacional por parte de todos los estados miembros de las Naciones Unidas: más que eso, durante siglos representó un imperativo moral que deriva de nuestra fe en el Dios del amor y la paz, y de nuestra conciencia cristiana y ortodoxa. Este valor espiritual es indudablemente compartido con nosotros por otros cristianos, así como por creyentes de otras comunidades religiosas, en primer lugar, por los judíos, a quienes, según el Santo Apóstol Pablo "pertenecen la adopción filial, la gloria, las alianzas, la legislación, el culto, las promesas, y los patriarcas; de los cuales también procede Cristo, según la carne, el cual está por encima de todas las cosas, Dios bendito por los siglos. Amén" (Rm 9,4-5). En otra parte, dice el mismo Apóstol, en su propio nombre y en el nuestro: "Gloria, honor y paz a todo el que obre el bien; al judío primeramente, y también al griego" (Rm 2,10).
24 de marzo de 2005
Cortesía del Servicio de Información de la Iglesia Ortodoxa Serbia
Traducido por Silvia Kot