20ª. Reunión del Comité Internacional de Enlace Católico-Judío

La 20a reunión del Comité Internacional de Enlace Católico-Judío (ILC) de la Comisión de la Santa Sede para las Relaciones Religiosas con el Judaísmo y el Comité Judío Internacional para Consultas Interreligiosas (IJCIC) se realizó en Budapest, Hungría, del 9 al 12 de noviembre de 2008.

Budapest, 13 de noviembre de 2008

La 20<aup>a reunión del Comité Internacional de Enlace Católico-Judío (ILC) de la Comisión de la Santa Sede para las Relaciones Religiosas con el Judaísmo y el Comité Judío Internacional para Consultas Interreligiosas (IJCIC) se realizó en Budapest, Hungría, del 9 al 12 de noviembre de 2008. </aup>

Este encuentro, organizado por la Conferencia Episcopal de Hungría y la Federación de las Comunidades Judías de Hungría, fue la segunda reunión del ILC que tuvo lugar en Europa del Este. El anterior encuentro se había realizado en 1990 en Praga. Los participantes de aquella asamblea emitieron una declaración, en la que afirmaban que el antisemitismo es un pecado contra Dios y contra la humanidad. La actual reunión se refirió especialmente al papel que desempeña la religión en la sociedad civil de hoy, y al estado actual de las relaciones entre judíos y católicos en Europa del Este.

Durante las últimas décadas, el diálogo entre los católicos y los judíos se ha caracterizado por una amistad y una comprensión mutua crecientes, que nos permitieron crear un clima de confianza. El diálogo entre los católicos y los judíos puede convertirse, pues, en un signo de esperanza y una inspiración para nuestro convulsionado mundo. El nuevo espíritu de amistad y cuidado mutuos puede constituir el símbolo más importante que debemos ofrecer a nuestras sociedades. Constituye un indicio de esto el hecho de que por primera vez se realizó un encuentro entre jóvenes dirigentes católicos y judíos: estos jóvenes se reunieron durante varios días, antes de la asamblea del ILC, en la cual participaron como delegados de pleno derecho.

La decisión de realizar este encuentro en Hungría refleja el deseo del ILC de fortalecer las relaciones entre católicos y judíos en Europa Central y Oriental. La presencia en Hungría, y especialmente en Budapest, de comunidades católicas y judías activas, que han experimentado una revitalización en la era poscomunista, hizo que la elección de los organizadores fuera totalmente natural.

Como el 9 de noviembre se cumplió el 70 aniversario de la Kristallnacht, preludio de la Shoah, era apropiado que la reunión del ILC comenzara con una conmemoración de ese acontecimiento, que estuvo a cargo de Péter Feldmájer, el presidente de la Federación de las Comunidades Judías de Hungría, y el cardenal Péter Erdo, primado de Hungría. Las conmovedoras palabras del papa Benedicto XVI, transmitidas en esta ocasión, fueron recibidas con beneplácito.

La ceremonia de apertura oficial se llevó a cabo en el Palacio Real de Buda (Budavari Palota), e incluyó discursos del cardenal Walter Kasper, de la Comisión Pontificia de la Santa Sede para las Relaciones Religiosas con el Judaísmo, del rabino David Rosen, presidente del ILC, del cardenal Péter Erdo y del Dr. Péter Feldmájer.

En la primera sesión del ILC, dedicada a la religión en la sociedad civil, se oyeron las exposiciones del profesor József Schweitzer, gran rabino retirado, ex rector del Seminario Rabínico de Budapest, y del cardenal Theodore McCarrick, arzobispo emérito de Washington, DC. El rabino Schweitzer se refirió a la comunidad judía húngara en el transcurso de los últimos cincuenta años, y describió las dificultades que debieron enfrentar a menudo nuestras dos comunidades para mantener una comunidad religiosa en una época en que la sociedad civil obstaculizaba siempre la expresión pública de la religión y a veces la consideraba ilegal. El cardenal McCarrick, utilizando el ejemplo de la sociedad contemporánea de Estados Unidos, presentó sus reflexiones sobre los beneficios de las instituciones religiosas para las sociedades civiles, especialmente en cuanto a valores morales transcendentes, obras de caridad y tesoros culturales expresados a través de diferentes medios. Luego, los participantes realizaron un debate sobre las ideas expuestas.

Los judíos y los católicos enfrentan el desafío del retroceso de los valores religiosos en las sociedades seculares, aunque esos valores siguen siendo esenciales para el bienestar de las personas y de la sociedad en su conjunto. Toda sociedad debe respetar y defender la dignidad humana y los derechos humanos. Reconocemos el valor positivo de la democracia participativa, y afirmamos que le corresponde al Estado proteger a la sociedad contra el extremismo, incluyendo la falta de sensibilidad hacia los valores culturales y morales de las tradiciones religiosas. Como dirigentes religiosos, llamamos a los miembros de nuestras dos tradiciones a asumir su papel en la promoción del respeto y la comprensión mutua. Las autoridades civiles y religiosas deben garantizar la libertad de religión a las personas y a las colectividades. Los católicos y los judíos tienen la obligación ética de asumir una responsabilidad religiosa frente a la sociedad y educar a las siguientes generaciones en los valores religiosos. Esta responsabilidad es particularmente importante en nuestra época, marcada por la expresión emergente de la xenofobia, del racismo y del antisemitismo en Europa Oriental y Central. Siempre deploramos la violencia por motivos religiosos, y señalamos en especial los ataques violentos contra cristianos en India y en Irak, así como los episodios de antisemitismo en Europa y Medio Oriente.

La segunda jornada del programa se centró específicamente en el estado actual de las relaciones entre católicos y judíos en Europa del Este. El profesor Stanislaw Krajewski de Polonia habló sobre el contexto sociológico de los judíos y los católicos en una gran parte de Europa del Este y Central, y el profesor Balázs Schanda, de Hungría, ofreció un panorama de las condiciones jurídicas en las que se desarrollan estas comunidades. La tarde se dedicó a un encuentro con el mundo judío húngaro, presentado por el rabino y profesor Alfréd Joel Schoner, director del Seminario Rabínico y de la Universidad Judía de Hungría (el ex Seminario Rabínico). Los participantes de la reunión del ILC visitaron los lugares más importantes relacionados con la historia de los judíos y los católicos de Hungría.

A la noche se realizó una celebración especial, por el 60 aniversario del establecimiento del Estado de Israel, organizada por la comunidad judía húngara, junto con la embajada de Israel en Hungría. Su Excelencia Aliza Bin-Noun, embajadora del Estado de Israel, el cardenal Walter Kasper y el rabino Mordechai Piron, presidente del Comité Judío de Israel para las Consultas Interreligiosas, pronunciaron discursos alusivos.

La última jornada del encuentro del ILC se dedicó a temas de la actualidad y a grupos de trabajo sobre los proyectos conjuntos, la educación y la formación de una nueva generación de dirigentes en las relaciones entre católicos y judíos. En los informes de los grupos de trabajo se destacaron las iniciativas sobre diálogos trilaterales que involucran a los cristianos ortodoxos tanto del Comité Judío Internacional para las Consultas Interreligiosas como de la Santa Sede, así como a representantes del Islam vinculados a la Liga Marroquí de Académicos Musulmanes; la recomendación del Subcomité de Educación para ayudar a difundir el conocimiento y el impacto de ese diálogo; y el trabajo de un grupo de jóvenes dirigentes judíos y católicos, en la preparación de una conferencia que se realizará con el auspicio del ILC en junio de 2009 en Castel Gandolfo.

La actual crisis económica nos hace conscientes de la interrelación y la unidad de toda la familia humana. No debe responsabilizarse por esta crisis a ningún grupo religioso, económico, social, étnico o nacional en particular. Nosotros nos preocupamos especialmente por los miembros más vulnerables de la sociedad, sobre todo los pobres, que siempre son los que más sufren los grandes cambios de las condiciones económicas. Queremos expresar un mensaje de esperanza que invite a todos a retomar el compromiso en favor de la justicia económica y la solidaridad humana.