Hechos, fe y cinematografía: la Pasión de Jesús y sus representaciones

Guía para espectadores y críticos

 

Grupo de Académicos Cristianos para las relaciones cristiano-judías (USA)

Hechos, fe y cinematografía: la Pasión de Jesús y sus representaciones

Guía para espectadores y críticos

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Esta guía está destinada a quienes asisten a una representación de la Pasión de Jesús: el sufrimiento que Jesús padeció en las últimas horas de su vida, cuando fue arrestado, condenado y crucificado. Para entender la Pasión, usted no necesita una preparación especial ni estudios avanzados; tampoco los necesita para esta guía. Le ofrecemos algunos elementos para evaluar el desafío que implica contar la historia de la Pasión, así como algunas sugerencias para escucharla o verla.
El relato de la Pasión tiene una larga historia. Para los cristianos, es fuente de vida y salvación. Para los judíos, ha sido fuente de reprobación y violentos ataques. Es la Pasión de Jesús, pero también despierta pasiones, sentimientos fuertes, en quienes la presencian. Estos sentimientos deberían orientar a vivir como lo enseñó Jesús, y nunca orientarse contra los judíos como grupo o como individuos.

Grupo de Académicos Cristianos
 

I. ¿Cuál es el problema?

Usted está a punto de ver una representación de la Pasión o escuchar el relato que se lee públicamente, tal vez incluso en su propia iglesia. Quizás haya tenido ya esta experiencia. ¿Qué hará usted con ese relato? ¿Cómo responderá a él? ¿Cuál será su reacción ante lo que ve y oye?

¿Es justo esto?

Puede parecer extraño que anticipemos nuestra respuesta personal o colectiva a una representación cinematográfica o teatral antes de verla. ¿No solemos esperar a ver algo para reaccionar ante ello? ¿Es justo abordar una representación teatral o cinematográfica con expectativas, juicios o criterios que podrían resultar irrelevantes para el caso? Por supuesto, puede ser injusto. En la mayoría de los casos, aunque el tema del relato sea conocido, el productor de una película o una obra de teatro es libre de interpretarlo artísticamente como desee. Y luego nosotros somos libres de decir si nos gusta.

Pero con la Pasión, es diferente. No sólo conocemos el relato, sino que conocemos las consecuencias que ese relato tuvo en generaciones pasadas. Los cristianos que oían o veían la Pasión, especialmente durante la Semana Santa antes del Domingo de Pascua, reaccionaban violentamente contra sus vecinos judíos. Sabemos incluso que algunos gobernantes cristianos recomendaban a los judíos que permanecieran dentro de sus casas el Viernes Santo para protegerlos de la violencia. Esto es algo más que una mala crítica.

De modo que nuestra reacción frente a este relato es importante de una manera diferente a la de otros relatos. Tenemos la responsabilidad de estar informados y considerar el cuadro general en el que se presenta la Pasión. Algunas imágenes y consignas antijudías surgidas en representaciones de la Pasión del pasado se siguen usando todavía hoy para difamar a Israel y a los judíos. Por eso, quien representa un relato sobre este tema debe estar alerta a sus potenciales "daños colaterales".

 
 

Su reacción es importante. La Pasión se relata en principio para suscitar una respuesta personal, espiritual, para confrontarlo a usted con la verdad sobre Dios, quien actúa en verdad y justicia para salvar a la creación que se ha apartado de los caminos divinos. Como parte de esa creación, usted es invitado a identificarse con esa historia y sus personajes, y trasladar su significado a su propia vida. Su reacción dependerá en parte de la manera en que se describan los diferentes personajes, de las emociones que usted sienta y de lo que le parezca que es cierto al final de la presentación. Estos factores estarán fuertemente influenciados por el director de la película o el dramaturgo, que deben enfrentar muchos desafíos al contar la historia de la Pasión.

Un desafío mayor es el hecho de que nuestras fuentes -los evangelios- aparecen dos generaciones después de los acontecimientos que describen. Este desfase explica las diferencias entre las circunstancias del tiempo de Jesús y las que muestran las narrativas de los evangelios. En los años inmediatamente anteriores a la redacción de los evangelios, en 66-70 E.C., el ejército romano sofocó una revuelta judía destruyendo Jerusalén. Los evangelistas interpretaron luego esto en el sentido de que Dios había rehabilitado a Jesús y su mensaje, y castigado a la ciudad que lo había rechazado.

Cuando los evangelistas interpretan el significado de la historia para su propia época, lo que puede perderse es el marco original de la historia de un judío que despertó esperanza en algunos judíos, provocó temor en otros, y fue ejecutado por un poderoso gobernante extranjero. Las complejidades de una comunidad judía con muchas corrientes de creencia y práctica -en cierto modo como la variedad del protestantismo moderno- quedan sepultadas bajo el tema fuerte de la aceptación o el rechazo de Jesús, que predomina en la perspectiva de los evangelios.

 

Al escribir para su propia época, los evangelistas reflejaron en sus narrativas por lo menos dos conflictos. Por un lado, trataban de integrar su ambiente judío y sus creencias judías con su nueva identidad y sus creencias centradas en Cristo. Por el otro, la Iglesia y la Sinagoga rivalizaban por lograr el favor de Roma. Esto puede ayudarnos a entender por qué hay tantas referencias a Jesús discutiendo temas de la ley judía, y también por qué algunos dirigentes judíos, como los fariseos y el sumo sacerdote, son descriptos de una manera tan negativa. Se habían producido crueles persecuciones romanas también contra las Iglesias, así que los cristianos tenían sus motivos para echar la culpa a los dirigentes judíos por la muerte de Jesús, y evitar dirigir su cólera contra los romanos.

 
 

Este tema se volvió aún más fuerte en los siglos posteriores a la redacción de los evangelios, cuando los primeros teólogos cristianos formularon la nueva fe en términos explícitamente antijudíos. Basándose en algunas indicaciones neotestamentarias, estos autores describieron a los judíos que no creían en Jesús como enemigos de Dios y opuestos a los cristianos. Su "enseñanza del desprecio" tuvo influencia en la teología cristiana hasta nuestra época.

Recién en el último medio siglo, muchas Iglesias cristianas comenzaron a repudiar esta enseñanza del desprecio, dejando de aceptarla como marco para enseñar lo que es el cristianismo o para entender al judaísmo y a los judíos de todos los tiempos. Las Iglesias han expresado su arrepentimiento por la violencia que los judíos sufrieron a causa de esa enseñanza. Pero como los Evangelios siguen reflejando los conflictos y la oposición del primer siglo, es especialmente importante representarlos ahora según el nuevo espíritu. Y es aún más importante hacerlo allí donde la oposición aparece con mayor fuerza: en los relatos de la Pasión.

Algunas sugerencias: 

Pregúntese qué piensa usted sobre quién mató a Jesús y por qué motivo. ¿Cómo formó usted sus ideas sobre esto? ¿Qué importancia tienen estas ideas para usted? Cuando ve u oye un relato de la Pasión, ¿como evalúa su significado?

 

II. ¿De quién habla este relato?

De la propia época de Jesús sólo tenemos las informaciones de los cuatro evangelios en el Nuevo Testamento (Mateo, Marcos, Lucas y Juan) sobre la historia de su traición, su arresto, su condena y su crucifixión. Los relatos son parcos, con pocos detalles. El relato completo de Juan no llega a las 700 palabras de un típico artículo de opinión de su diario de la mañana. No hay ninguna descripción de la cruz, ni del tamaño de la multitud o la cantidad de soldados que ejecutaron a Jesús. Todos estos detalles deben completarse.

 

Incluso estos "puntos establecidos" son presentados en forma diferente por los evangelios:

Sólo un evangelio (Juan) dice que los fariseos estaban involucrados

El sumo sacerdote acusa o no acusa a Jesús

La acusación se produce de noche o de mañana, en la casa del sumo sacerdote o en otro lugar

La sugerencia de soltar a Barrabás proviene de Pilato o de los dirigentes judíos
 
Los dos revolucionarios injurian a Jesús, o uno busca su favor
 
Le ofrecen a Jesús una bebida amarga antes de subir a la cruz, o después, y él la acepta o no
 
Todas las ropas de Jesús son desgarradas, o la túnica indivisa es echada a la suerte

Jesús es crucificado el 14 o el 15 de Nisan

 
 
Lo que algunos llaman los "puntos establecidos" del relato son pocos:
  • Jesús es arrestado con la intervención de dirigentes judíos
     
  • Jesús es acusado por dirigentes judíos
     
  • Pedro niega conocer a Jesús
     
  • Poncio Pilato interroga a Jesús
     
  • Pilato suelta a Barrabás
     
  • Jesús es condenado
     
  • Jesús es crucificado con otros dos, que son revolucionarios políticos
     
  • Los soldados se dividen los vestidos de Jesús
     
  • Jesús muere en una cruz bajo el cargo "Rey de los judíos"

Esto deja una buena porción de "espacio libre" para llenar con detalles, y los evangelistas comenzaron el proceso con algunas escenas que se volvieron muy familiares. El arrepentimiento y el suicidio de Judas, el lavado de manos de Pilato, el papel de Herodes en el juicio a Jesús, las palabras de Jesús a las "hijas de Jerusalén", la discusión de Pilato con Jesús sobre el reino y la verdad: ninguno de estos temas es abordado por más de un solo evangelista.

 

Una representación de la Pasión que sólo contuviera "lo que sabemos que sucedió históricamente" sería corta, confusa e incompleta.

 
 

Algunos de estos detalles pueden ser históricos, pero los evangelistas los incluyen porque sirven claramente a sus objetivos. Cuando Lucas dice que "Herodes y Pilato se hicieron amigos" el día que trasladaron a Jesús de uno a otro, destaca el poder pacificador de Jesús, porque "antes estaban enemistados". Mateo describe a la multitud gritando que la sangre de Jesús caiga sobre ellos y sobre sus hijos, porque así la destrucción de Jerusalén del año 70 aparece como un cumplimiento de esa maldición. Juan explica el motivo por el cual los soldados echan suertes sobre la túnica: responde a una imagen escritural de los Salmos.

Otro desafío importante para quien representa la Pasión es, pues, rellenar los huecos para armar un relato completo y convincente. Para ello, se pueden elegir ciertas partes de los diversos relatos evangélicos de la Pasión, combinarlas, apelar a la tradición o a la leyenda, hacer conjeturas bien informadas, y hasta usar testimonios modernos de personas que dicen haber tenido visiones de la Pasión. Pero nadie puede eludir estas decisiones. Y cuando los productores o los directores realizan sus opciones, sus propios objetivos se vuelven parte de la historia que están relatando.

Algunas sugerencias: 

Lea uno o más relatos en los evangelios, y observe qué destacan y qué pasan por alto. Al asistir a una representación, pregúntese qué evangelio se privilegió, qué partes provienen de otras fuentes, qué opciones se hicieron, y con qué propósito.

 

III. ¿Quién es responsable por la muerte de Jesús?

Históricamente, algunas cosas están muy claras.
  • Jesús fue un judío con muchos seguidores judíos. Poncio Pilato lo consideró un dirigente muy popular, a quien algunos seguidores llamaban "Rey de los judíos".
  • Pilato tenía fama de despiadado y brutal entre sus contemporáneos. En su territorio, su poder político y militar era absoluto.
  • El sumo sacerdote de Jerusalén era un funcionario nombrado por el gobernador romano, Pilato, y sólo servía mientras mantuviera al pueblo tranquilo y leal al gobernador.
  • La crucifixión era un método de ejecución que Roma se reservaba para usar especialmente contra quienes representaban una amenaza política: revolucionarios, sediciosos, asesinos. Los dirigentes judíos no ejecutaban a sediciosos antirromanos, y mucho menos mediante la crucifixión
 
Teológicamente, la Iglesia ha sido clara.
  • Jesús fue un judío fiel que consagró toda su vida a la voluntad de Dios, a quien llamaba su padre.
  • Dedicó su vida a enseñar y curar en formas que desafiaban a todos los poderes judíos, romanos u otros- que no encarnaran únicamente la voluntad de Dios.
  • Su muerte fue singularmente inmerecida e injusta, ya que sólo él no tuvo pecado durante su vida.
  • Dios resucitó a Jesús de entre los muertos para poner de manifiesto que su devoción es el modelo para la vida humana ante Dios.
  • Todos nosotros somos la fuente del pecado que Jesús cargó en la cruz, porque afirmamos nuestro poder contra la voluntad de Dios, ignoramos el modelo de devoción de Jesús y no cumplimos en vivir en el amor y la paz que él enseñó.
 
Estos hechos desmienten cualquier representación que responsabilice fundamentalmente a los judíos por la muerte de Jesús.Esta enseñanza nos exige recordar que nuestra culpa espiritual es la razón de la muerte de Jesús.
 
Algunas sugerencias: 

Pregúntese si se presenta realmente a Poncio Pilato como el tirano absoluto que fue, y si se muestra que el sumo sacerdote Caifás estaba subordinado a él. En cuanto a Jesús, ¿está relacionada su muerte con su vida como judío fiel? ¿Se alude de alguna manera a nuestra culpa o responsabilidad?

 

IV. ¿Cómo se cuenta la historia?

Al principio, cuando preguntamos "cuál es el problema", dijimos que su reacción frente a la Pasión es importante. Los productores y directores de los relatos de la Pasión pueden configurar su reacción con modos básicos de atraer su atención, desarrollar los personajes, plantear la trama, aumentar la tensión y resolverla, es decir, con todos los elementos que componen un buen relato. Para eso, utilizan la iluminación, el vestuario, la música, los ángulos de la cámara, el montaje y todos los demás aspectos técnicos de una filmación o una puesta en escena.

 

La Pasión es relatada en la Biblia en estilo evangélico, cuyo objetivo es que usted crea que Jesús es el Hijo de Dios que trae el amor y el perdón, la paz y la gracia salvadora de Dios.

 
 

También trabajan con el lenguaje habitual de su estilo. Un director romántico elaborará personajes complejos que despierten simpatía. Un director épico mostrará el tema histórico en grandes escenarios. Un director de acción identificará claramente a los héroes y a los villanos, y mantendrá continuamente la acción en movimiento, sin demasiadas pausas para reflexiones o sutilezas.

Los estilos y las técnicas diferentes llevarán al espectador a identificarse con diferentes personajes y entender a los protagonistas del relato de diferentes maneras. El desafío reside en representar la Pasión en un estilo que sea compatible con su mensaje esencial.

Algunas sugerencias: 

Observe cuánto tiempo se le dedica a cada parte del relato. ¿Qué se muestra con detalles y qué se pasa rápidamente? ¿Hacia dónde dirige el director la atención del espectador? ¿El estilo del relato pone el acento en el conflicto o en la reconciliación?

 

V. ¿Qué es lo fundamental?

 

¿El precio de la supervivencia?

Entre todos los personajes de los relatos de la Pasión, sólo los judíos permanecen en nuestro tiempo como un grupo identificable. Nadie consideraría que las personas que asisten a una iglesia son los discípulos que traicionaron a Jesús en sus horas finales. Pero los judíos que vemos en la calle o en las noticias pueden ser fácilmente identificados como los que se opusieron a Jesús. Si en una representación de la Pasión nos identificamos con Jesús y nos sentimos víctimas de los judíos, ¿no tendremos sentimientos de resentimiento y traición que luego dirigiremos contra los judíos que encontramos en la vida real? No debería ser así, pero a menudo lo es. Para quienes representan hoy este poderoso relato, y para quienes lo ven, lo importante es experimentar su poder como buenas nuevas cristianas, sin suscitar malas nuevas para los judíos.

 
 
 
  1. La forma de reaccionar frente a un relato de la Pasión depende de muchos factores. Saberlo y estar alerta lo hará a usted más consciente de sus reacciones y sus opciones.
  2. En toda representación de la Pasión hay una parte de hechos, una parte de fe, y una parte de técnica cinematográfica (o teatral). Es importante no confundir estos elementos.
  3. El tema va más allá de nuestras propias reacciones personales, en una época en que algunas personas usan el relato de la Pasión con propósitos antisemitas y para manifestar su opinión negativa sobre el Estado de Israel. Que no se diga de nuestra generación que hemos dejado crecer el odio y el conflicto porque "no sabíamos lo que hacíamos".

Si desea encontrar más información sobre las narrativas evangélicas de la Pasión, la historia del antijudaísmo cristiano y su relación con los relatos de la Pasión, el trasfondo histórico de la época de Jesús, y las enseñanzas de las Iglesias cristianas sobre la Pasión y sus representaciones, puede consular el sitio web del Grupo de Académicos Cristianos www.bc.edu/csg
También le sugerimos pedir más información a sus propios dirigentes religiosos, y conversar con ellos.

 

 

© 2004 Christian Scholars Group. Esta guía fue elaborada por el Christian Scholars Group on Christian-Jewish Relations, c/o Center for Christian-Jewish Learning at Boston College, 140 Commonwealth Ave, Chestnut Hill MA 02467. El redactor principal es Peter A. Pettit, director del Institute for Jewish-Christian Understanding of Muhlenberg College, Allentown, PA. El único propósito de este texto es pedagógico. Su intención no es criticar ninguna representación de la Pasión en particular. Esta guía puede copiarse libremente, sólo con objetivos pedagógicos, sin efectuar cambios, y con la inclusión de esta nota en cada copia.

 

 

Editorial remarks

Traducción del inglés: Silvia Kot