Conciencia: puntos de vista de algunos escritores

La conciencia es algo sobre lo que muchas personas de distintas extracciones y actividades –estadistas, tiranos, generales, novelistas, poetas, dramaturgos, psicólogos, disidentes políticos– se sintieron obligados a expresar una opinión. Muchas veces presentan una diversidad de percepciones aparentemente irreconciliable.

Conciencia: puntos de vista de algunos escritores

Jack Opie

La conciencia es algo sobre lo que muchas personas de distintas extracciones y actividades –estadistas, tiranos, generales, novelistas, poetas, dramaturgos, psicólogos, disidentes políticos– se sintieron obligados a expresar una opinión. Muchas veces presentan una diversidad de percepciones aparentemente irreconciliable. Están los que consideran que la conciencia es una guía infalible, y les importa lo que piensen los demás:

  • “Las reglas de la sociedad no son nada: la propia conciencia es el árbitro”. Madame Dudevant

  • “A menudo la razón se equivoca, pero la conciencia nunca lo hace”. Josh Billings

  • “Con el orgullo siempre nos engañamos a nosotros mismos. Pero en las profundidades, debajo de la superficie de la conciencia ordinaria, una suave vocecita nos dice: algo no concuerda”. Carl Jung

  • “Espero que la conciencia y el sentido común de los pueblos se despierten, para que podamos llegar a un nuevo estadio de la vida de las naciones, en el que la gente mire hacia atrás y reflexione sobre las incomprensibles aberraciones de sus antepasados”. Albert Einstein

  • “En cuestiones de conciencia, la ley de la mayoría no tiene lugar”. Mahatma Gandhi

  • “Un individuo que infringe una ley que la conciencia le dice que es injusta, y está dispuesto a aceptar el castigo de la prisión para despertar la conciencia de la comunidad sobre su injusticia, está expresando en realidad el mayor respeto por la ley”. Martin Luther King

  • “Antes de poder vivir con los demás, tengo que vivir conmigo mismo. Lo único que no tiene que atenerse a la norma de la mayoría es la conciencia personal”. Harper Lee, Matar un ruiseñor.

  • “No puedo ni quiero cortar mi conciencia para ajustarla a las modas de este año”. Lillian Hellman

  • “Creo que todos tenemos una vocecita en nuestro interior que nos guía. Puede ser Dios, no lo sé. Pero creo que si hacemos desparecer todo el ruido y el desorden de nuestras vidas y escuchamos esa voz, nos dirá cómo actuar correctamente”. Christopher Reeve

Hay quienes destacan una relación particular entre la conciencia individual y la justicia social:

  • “La conciencia es la sala de justicia”. Orígenes

  • “La conciencia es el refugio sagrado de la libertad del hombre”. Napoleón Bonaparte

  • “La justicia es conciencia, no una conciencia personal sino la conciencia de toda la humanidad. Quienes reconocen claramente la voz de su propia conciencia, suelen reconocer también la voz de la justicia”. Alexander Solzhenitsyn

Las bonitas palabras de Napoleón no deberían tomarse como una regla de sus acciones, aunque realizó un buen trabajo en algunas partes de Paris. Algunos defensores de la conciencia llegan hasta el extremo de tomar los mensajes que reciben de ella no solo como consejos, sino como un severo llamado a la acción:

  • “Sólo las mentes pequeñas se amedrentan: aquel que tiene un corazón firme, y cuya conciencia aprueba su conducta, seguirá sus principios hasta la muerte”. Thomas Paine

  • “Pecar por silencio cuando deberían protestar, convierte a los hombres en cobardes”. Abraham Lincoln

  • “¿Cuándo se volverán nuestras conciencias tan sensibles como para actuar para prevenir la miseria humana en vez de vengarla?” Eleanor Roosevelt

  • "”No serás una víctima. No serás un verdugo. Por sobre todas las cosas, no serás un espectador”. Museo del Holocausto, Washington, DC.

Estos son los que sostienen que la conciencia debe ser una guía para la mayoría. Entre ellos, hay una gran diversidad, que recuerda la observación de Tolstoi: “Todas las familias felices se parecen, pero cada familia infeliz, es infeliz a su manera”. Un número considerable pone el acento en la falibilidad de la conciencia como guía, y aduce toda clase de razones. Una contribución inesperada es la de George Washington, quien aparentemente encuentra que la conciencia es un poco frágil: “Esfuérzate por mantener viva dentro de tu pecho esa pequeña chispa del fuego celestial que se llama conciencia”. Hay otras:

  • “No deberías creer en tu conciencia y tus sentimientos más que en la palabra que el Señor que recibe a los pecadores te predica”. Martín Lutero

  • “Sólo nos esforzamos por llenar la memoria, y dejamos a la conciencia y el entendimiento desprovistos y vacíos”. Montaigne

  • “La conciencia de un hombre y su discernimiento son lo mismo, y al igual que su discernimiento, su conciencia puede equivocarse”. Thomas Hobbes

  • “Hay que evitar los pleitos por sobre todas las cosas: pervierten la conciencia, dañan la salud y desperdician el dinero”. Jean de la Bruyère

  • “Para muchos hombres, la conciencia nop es otra cosa que el anticipo de las opiniones de los demás”. Jeremy Taylor

  • “La conciencia y la cobardía son realmente lo mismo. Conciencia es el nombre comercial. Eso es todo”. Oscar Wilde

  • “Con los años, nuestro cuerpo se debilita, pero moralmente nos fortalecemos, y podemos deshacernos del frío de una mala conciencia casi de inmediato”. Logan Pearsall Smith

  • “La mayoría de las personas venden su alma, y vive con una buena conciencia sobre los procedimientos”. Logan Pearsall Smith

  • “La conciencia de los niños está formada por las influencias de quienes los rodean. Sus conceptos del bien y del mal son el resultado de la atmósfera moral que respiran”. Jean Paul Richter

  • “Mucha gente confunde la memoria corta con una conciencia clara”. Doug Larson

  • “Primero vinieron por los judíos. Pero yo no protesté, porque no era judío. Después vinieron por los comunistas. Pero yo no protesté, porque no era comunista. Después vinieron por los sindicalistas. Pero yo no protesté, porque no era sindicalista. Después vinieron por mí. Pero ya no quedaba nadie para protestar”. Martin Niemöller

  • “La paradójica –y trágica– situacion del hombre es que su conciencia es más débil cuando más la necesita”. Erich Fromm

  • “Lo que un hombre llama su ‘conciencia’ es sólo la acción mental que resulta de una reacción sentimental después de excederse en el vino o en el amor”. Helen Rowland

  • “No hay manera más fatal de engañarse a sí mismo que la que distrae a la conciencia con anodinos sentimientos elevados, cuando la vida es baja y sensual”. James Russell Lowell

  • “El filme es sueño, el filme es música. Ningún arte atraviesa nuestra conciencia como lo hace el cine, se dirige directamente a nuestros sentimientos, y baja hasta lo más profundo, a los lugares oscuros de nuestras almas”. Ingmar Bergman.

Este grupo considera que, lejos de ser una guía, la conciencia es maleable, falible, voluble, intermitente, estrecha, débil, sofisticada, descontrolada, famélica, sentimental, complaciente o superficial. Veamos otro grupo, al que podríamos definir como los que “sufren” la conciencia. Ellos la consideran como una calamidad, un tormento, un aguijón:

  • “Aunque el calabozo, el azote y el verdugo estén ausentes, la mente culpable puede aplicar el flagelo y fustigar con golpes”. Lucrecio

  • “¡Oh, conciencia cobarde, cómo me afliges!" Shakespeare, King Richard III

  • “El tribunal de la conciencia nunca toma vacaciones”. T. Fuller

  • “El inocente pocas veces encuentra una almohada incómoda”. William Cowper

  • “Ningún oído puede oír, ninguna lengua puede describir las torturas del infierno interior”. Lord Byron

  • Mientras la conciencia es nuestra amiga, todo está en paz, pero en cuanto es ofendida, adiós a una mente tranquila”. Lady Mary Wortley Montagu

  • “La conciencia es la peor de todas las sentencias, porque todo lo malo que le sucede a un hombre culpable es considerado un castigo”. Rachel Hozier

  • “La conciencia es la suave vocecita que a veces suena tan fuerte que no se puede soportar”. Bert Murray

  • “La conciencia es lo que duele cuando todo lo demás se siente perfectamente bien”. Anónimo

  • “Existe una sola manera de alcanzar la felicidad en este globo terrestre, y es tener una conciencia tranquila, o absolutamente ninguna”. Ogden Nash

  • “No contraemos úlceras por lo que comemos. Contraemos úlcera por lo que nos come a nosotros”. Vicki Baum

  • “Un político haría bien en recordar que tiene que vivir con su conciencia mucho más tiempo que con sus votantes.” Melvin R. Laird

Un tercer grupo, muy importante, parece sugerir que la conciencia es, a lo sumo, un estorbo, incluso una enfermedad, algo prescindible, que se podría o se debería erradicar.

  • “La conciencia nos convierte a todos en cobardes”. Shakespeare, Hamlet

  • “¡Al infierno con la lealtad! ¡Al más negro de los demonios la fe jurada! ¡Caigan al más profundo abismo la conciencia y la gracia! ¡Desafío a la condenación!” Shakespeare: Laertes en Hamlet IV

  • “¡Fuera, conciencia! Ricardo vuelve a ser él mismo”. Colley Cibber

Estas tres frases no pertenecen a la vida sino a la dramaturgia. En cambio, desgraciadamente no ocurre lo mismo con la lamentable frase:

  • “Estoy liberando a los hombres de ... las sucias y degradantes auto-mortificaciones de una falsa perspectiva llamada conciencia y moralidad, y de las exigencias de una libertad y una independencia personal que sólo unos pocos pueden asumir”. Adolf Hitler

Otros, incluyendo algunas de nuestros más apreciados humoristas, dicen que la conciencia es una simple molestia, algo parecido a un aguafiestas.

  • “Por la bondad de Dios, tenemos en nuestro país estas tres cosas infinitamente valiosas: la libertad de expresión, la libertad de conciencia, y la prudencia de no practicar nunca ninguna de las dos”. Mark Twain

  • “Buenos amigos, buenos libros y una conciencia adormecida: esta es la vida ideal”. Mark Twain

  • “La conciencia es una suegra cuya visita no termina nunca”. H.L. Mencken

  • La conciencia de Nueva Inglaterra no preserva de hacer lo que uno no debería: sólo impide disfrutarlo”. Isaac Bashevis Singer

  • La conciencia es la voz interior que nos advierte que alguien podría estar mirando”. H. L. Mencken

En esta selección se incluyen algunas extrañas parejas. Por ejemplo, el cardenal Newman, con su famosa frase, “Si estuviera obligado a introducir la religión en un brindis de sobremesa, brindaría por el Papa, por supuesto, pero primero lo haría por la conciencia, y después, por el Papa” parece acercarse afectivamente a Martín Lutero, con su igualmente famosa frase “Temo más a mi propio corazón que al Papa y a todos sus cardenales. Tengo dentro de mí al gran papa: yo mismo”. Otra extraña pareja sería Hamlet (aunque no necesariamente Shakespeare, por supuesto) con su: “La conciencia nos convierte a todos en cobardes”, que se acerca en una forma bastante incómoda a Adolf Hitler y su lamentable “falsa perspectiva llamada conciencia y moralidad”. Y comparemos la declaración de Abraham Lincoln, “Cuando actúo bien, me siento bien. Cuando actúo mal, me siento mal. Esta es mi religión”, con la de Winston Churchill, “Hay un solo deber, una sola conducta segura, y es tratar de ser recto”. Estos dos grandes estadistas, que sin duda están del mismo lado, ¿están hablando realmente de conciencia, o se trata de un juicio?

Editorial remarks

Jack Opie es escritor, dramaturgo y guionista. Vive en Melbourne, Australia.

Traducción del inglés: Silvia Kot

© Council of Christians and Jews, Victoria