Consulta del ICCJ: «Los múltiples sentidos de la misión»

El Consejo del ICCJ se reunió en febrero de 2020 en la sede del ICCJ, la Casa Martin Buber en Heppenheim, para realizar una consulta de dos días sobre un tema provocador y fundamental: “Los múltiples sentidos de la misión”. Publicamos aquí el informe preparado por la vicepresidenta primera del ICCJ, Liliane Apotheker.

La palabra «misión» aparece regularmente en documentos institucionales oficiales, así como en el diálogo judeo-cristiano, tanto a nivel de los expertos como en el de la base. Los cristianos la entienden en una forma distinta a los judíos: la consideran como una parte integrante de su fe cristiana. Los judíos reaccionan de un modo defensivo ante esa palabra: de hecho, suele ser el primer tema que plantean en el diálogo. Tienen todavía la sensación de que los cristianos quizá no renunciaron del todo a su afán de hacer proselitismo y convertirlos al cristianismo, incluso a pesar de los lazos de estima mutua que han reemplazado a las relaciones de desprecio del pasado.

Para analizar el tema, se les pidió a expertos judíos y cristianos, a miembros del consejo de administración, y a interlocutores y contactos vinculados al ICCJ que presentaran  exposiciones sobre la misión interna (en sus propias comunidades), sobre la misión en el mundo y sobre la misión que tendrían los judíos y los cristianos los unos con respecto a los otros.

Las Hermanas de Sion y la transformación de su misión

La consulta fue inaugurada la primera noche por Margaret Shepherd, NDS y Katarzyna Kowalska, NDS. Nos hablaron del profundo cambio que había experimentado su orden religiosa. Les Hermanas de Sion redefinieron la misión (o el carisma) de su comunidad para dedicarse activamente a la implementación de Nostra Aetate. La clave de esta nueva misión es una nueva comprensión del valor permanente de la elección del pueblo judío.

«Conocer a judíos reales hace la diferencia», como lo es «compartir la humanidad del prójimo».  La hermana Katarzyna definió las razones por las cuales generaciones jóvenes podrían unirse a las Hermanas de Sion: la búsqueda de la justicia social, la lectura de las Escrituras con el pueblo judío y el trabajo en reacción a la Shoah, todo esto parece desempeñar un papel clave. Sin embargo, este compromiso aún no está generalizado en el conjunto de la comunidad católica, porque siempre están presentes la apatía, la ignorancia y los mecanismos de defensa.

El Consejo Mundial de Iglesias (WCC: World Council of Churches) y la cuestión de la misión cristiana

El reverendo David Marshall del WCC abrió la consulta del día siguiente presentando una perspectiva histórica. Dijo que el colonialismo europeo y la construcción de un imperio constituyó un factor de apoyo a la actividad misionera cristiana. El WCC cuenta en la actualidad con 350 Iglesias miembros que representan diversos enfoques e historias diferentes concernientes a la misión y a las relaciones judeo-cristianas. El término mismo de misión se considera hoy como la misión de Dios que la Iglesia está llamada a asumir y hay una clara tendencia a no poner el acento en las misiones de conversión sino en el diálogo. El diálogo interreligioso forma parte de la misión, pero no para convertir a nadie. Los cristianos dan testimonio (se privilegia este término porque está desprovisto de connotaciones coloniales) de sus convicciones y prácticas de fe ante sus vecinos que viven según otras convicciones religiosas e ideológicas. «El verdadero testimonio sigue a  Jesucristo respetando y afirmando el carácter singular y la libertad de los otros», declaró el pastor Marshall citando una declaración del WCC de 1982 titulada «Misión y evangelización: una afirmación ecuménica» (§41). Los esfuerzos por contrarrestar el colonialismo, orientados hacia las personas marginadas, han lanzado una nueva misión a partir de los márgenes, provocando así un desplazamiento del centro de gravedad del cristianismo. Las acciones emprendidas por los cristianos tienden a afirmar la vida y la credibilidad del Evangelio en medio de las injusticias económicas y sociales de nuestro mundo.

El reverendo Marshall presentó varios documentos cuyas numerosas tensiones revelan la complejidad de las actitudes de las Iglesias cristianas hacia el pueblo judío. La misión hacia los judíos puede tener un significado salvífico especifico para algunas, mientras que otras creen en lo que podría llamarse un «aplazamiento escatológico»: en el final de los tiempos, los judíos se volverán hacia Cristo. El informe Sigtuna (1992) dice, por otra parte, que «el pueblo judío de hoy es la continuidad del Israel bíblico».

¿Qué misión (o misiones) tienen la comunidad judía y la comunidad cristiana hacia sus propios miembros?

El primer panel analizó la misión de las comunidades judía y cristiana hacia sus propios miembros.

El profesor Dr. Joseph Sievers enunció algunos grandes principios de evangelización, como se entienden hoy en el catolicismo. Dios nos ama y el diálogo debe ser la proclamación respetuosa de ese punto esencial. Estamos llamados a ser testigos del amor mutuo y a predicar el Evangelio con hechos más que con palabras. Es particularmente difícil aferrarse a esos valores inmensamente positivos en nuestro mundo tan polarizado.

El Dr. Pavol Bargar habló sobre el tema de la evangelización de las comunidades protestantes y reconoció que el cristianismo debe atravesar las fronteras entre las religiones, pero también entre los sexos, las etnias, las clases sociales, etc. «Las comunidades de fe reúnen a las personas más allá de sus propios filtros burbuja».

El rabino Samuel Szteinhendler se basó en su experiencia de rabino comunitario en América Latina. El sentido de comunidad no se construye sobre la unanimidad: la diversidad forma parte de ella. El rabino debe marchar al frente, con y a veces detrás de la comunidad cuando se dedica a la enseñanza, la curación, la dirección y la ejecución de servicios religiosos. El rabino debe ser hospitalario con todos, promover la cercanía en la congregación incluso cuando surgen dificultades, construir puentes y desarrollar actividades interconfesionales basadas en valores comunes. Esta misión en el seno de la comunidad existe dentro del mundo, no separada de él. Pero el objetivo nunca es hacer que el mundo se vuelva más judío, sino más humano.

¿Qué misión (misiones) creen tener la comunidad judía y la comunidad cristiana en todo el mundo?

El siguiente panel se dedicó al análisis de las misiones que las comunidades piensan que deben tener hacia el mundo.

La rabina Dra. Ulrike Offenberg señaló que los judíos sienten cada vez más la urgencia de luchar contra el aislamiento. Cuando expresan su temor por un aumento del antisemitismo, ven en esto también el síntoma de un retroceso de la cultura democrática y de un aumento del racismo general. Los judíos tienen un importante papel que cumplir en los desafíos mundiales. La comunidad es un remedio contra el sentimiento de soledad, pero no debe impedirles a los judíos mantenerse junto a los oprimidos o luchar por la justicia social. De hecho, la justicia forma parte de la liturgia judía. Existen fricciones internas en el judaísmo, que no tiene una teología general, pero posee fuertes principios de fe. Aunque la corriente dominante se forma alrededor de un mismo texto, la pluralidad interpretativa es un principio inherente.

La reverenda Barbara Rudolph declaró que era necesario un extraordinario sentido de confianza para que se pudiera producir esta conversación sobre un tema muy difícil. Luego describió cuál debería ser el testimonio (esta palabra reemplaza a «misión») cristiano en un mundo multicultural, diciendo que los cristianos no deberían hacer uso (ni abuso) de las necesidades físicas de las personas, cuando las ven, como un medio de proselitismo. Los cristianos deberían alejarse de las estructuras pecadoras: un sistema imperial mundial es pecador porque excluye a millones de personas. El mercado mundial también es pecador. La Missio Dei es en primer lugar y ante todo la actividad de Dios mismo. Se debería poner el acento en el conjunto de la creación, no solamente en los seres humanos, «no solamente para salvar las almas sino también para transformar el mundo». La misión nunca debería realizarse por medio del poder. En una sociedad laica, la propia palabra «misión» adquiere un nuevo sentido. Aunque la misión continúa, cambió mucho. Los cristianos deben vivir como discípulos fieles, las personas de otras religiones son sus socios y cuando encontramos un papel de socios para las demás religiones, nos liberamos de la misión.

El reverendo Michael Trainor presentó cuatro enfoques:

  • La transmisión: un abordaje exclusivista que busca extender la confesión explícita de Cristo como único salvador;
  • La adaptación: una cristología inclusiva y pluralista. La Iglesia debe purificarse para aportar un testimonio creíble al mundo. Su misión es «significar la realidad de la salvación de Dios que actúa en todo el mundo» (Mc Conville);
  • La Encarnación: Dios está involucrado en la historia del mundo: la misión se convierte entonces en la «proclamación del poder salvador de Jesucristo a través de una vida de testimonio liberador»;
  • El diálogo: «Reconocer humildemente la búsqueda de la Verdad divina». El Otro ofrece un reflejo de esa verdad y en el diálogo nos involucramos en una búsqueda común de lo que es bueno, verdadero y moral.

El Otro desempeña un papel clave porque ofrece claridad en el «proceso de evangelización», entendido como el anuncio del Reino de Dios.

Estas cuatro formas tienen sus encarnaciones contemporáneas, que no se limitan a la Iglesia Católica.

¿Qué misión (misiones) tienen (y no tienen) la comunidad judía y la comunidad cristiana una hacia la otra?

La última sesión de trabajo del día se dedicó al análisis de la misión o las misiones que la comunidad judía y la comunidad cristiana tienen (y no tienen) una hacia la otra.

El profesor Dr. Phil Cunningham presentó algunos pasajes de textos eclesiales católicos de diversos orígenes que revelaron la importancia de llevar a los judíos y los cristianos a dialogar fraternalmente entre ellos, compartiendo estudios bíblicos y teológicos. En uno de esos pasajes, hay una cita del papa Francisco sobre sus conversaciones con el rabino Skorka: «Ninguno de nosotros negoció su propia identidad [...] y ninguno de nosotros intentó convertir al otro».

Algunas otras citas indicaban que el diálogo entre judíos y católicos nunca debería usarse como un medio de proselitismo o como una invitación camuflada al bautismo. «[…] sin embargo, los cristianos están llamados a rendir testimonio de su fe en Jesucristo ante los judíos, con humildad y delicadeza, reconociendo que los judíos son también portadores de la Palabra de Dios y teniendo en cuenta especialmente la gran tragedia de la Shoá» (Los dones y la llamada de Dios…, 12 de diciembre de 2015, 40).

El profesor Cunningham hizo notar que todas las Iglesias cristianas lidian con la cuestión de conciliar la fe fundamental en la universalidad de la salvación en Jesucristo con la reciente reafirmación de que los judíos viven una relación de alianza con un Dios salvador. Algunos católicos hablan de un «misterio divino insondable» (Dones y llamada, 36), otros postergan la resolución de esa tensión hasta el final de los tiempos y esperan que «el Señor provocará la hora en que todos lleguemos a estar unidos» (Dones y llamada, 37), y otros subrayan «que Jesucristo es la Palabra de Dios hecha carne en el mundo, [mientras que] para los judíos, la Palabra de Dios está presente sobre todo en la Torá. Ambas tradiciones de fe tienen como fundamento al Dios único, al Dios de la Alianza, que se revela a los hombres a través de su Palabra» (Papa Francisco al ICCJ, 30 de junio de 2015).

El Dr. Martin Hauger reconoció que la cuestión de la misión hacia los judíos es problemática.

«La Shoá está ahí, no se la puede ignorar. Por lo tanto, no puede haber misión hacia los judíos: debe haber arrepentimiento». El siglo XIX defendía la misión hacia los judíos como un acto de amor. Eso cambió después de 1945. La Iglesia Evangélica de Alemania (Evangelische Kirche in Deutschland o EKD) reconoce la elección perdurable de Israel. Considera que los judíos y los cristianos tienen su propia vocación y que se debe hacer una distinción entre la misión hacia las naciones y el diálogo judeo-cristiano. La cuestión escatológica permanece abierta.

El reverendo Patrick Morrow presentó las perspectivas de la Iglesia de Inglaterra y agregó que dentro de su Iglesia, la autoridad política está dispersa. La Iglesia de Inglaterra publicó recientemente un documento titulado La Palabra infalible de Dios (God’s Unfailing Word) con un posfacio del Gran Rabino Ephraim Mirvis. Este documento innovador llama a un compromiso permanente en favor del diálogo con el pueblo judío y reconoce inequívocamente que siglos de antijudaísmo cristiano, que le atribuía al pueblo judío la culpa colectiva por la muerte de Cristo, han contribuido a la amarga saga de la persecución a los judíos. En su posfacio, el gran rabino del Reino Unido critica a la Iglesia Anglicana por no haberse comprometido claramente a no apoyar las misiones de conversión hacia los judíos. Sin embargo, el documento invita a los anglicanos a «reflexionar atentamente sobre la misión y la evangelización en el caso de sus vecinos judíos».

El rabino Dr. David Sandmel señaló que no existe una palaba hebrea para designar la misión: esto no sorprende. La aproximación más parecida sería «mitzvah» o «mitzvot», en particular, todos aquellos actos que describen cómo estar en una relación. En la actualidad, esto significaría la necesidad de estar junto con otros. El rabino Sandmel se refirió también a su reciente experiencia de diálogo en Zimbabue, un país en el que no existe una población judía y donde no se conoce la transformación de las relaciones entre cristianos y judíos. Esto planteó la cuestión de la participación de nuevas personas en nuestras conferencias y consultas, incluyendo a inmigrantes.

Sesiones de síntesis

La consulta finalizó con dos sesiones de síntesis. Los oradores y los participantes plantearon puntos importantes. Estos son algunos:

  • El profesor Joseph Sievers destacó que siempre hubo un «discurso católico», un «discurso judío», un «discurso anglicano», un «discurso luterano», etc. Estos lenguajes siempre estuvieron separados, pero ahora se encuentran. ¿Cómo son entendidas esas palabras hoy, dentro de esta interacción?
  • El profesor Dr. Phil Cunningham enumeró algunos preceptos que los católicos deberían observar cuando formulan una teología de los judíos y del judaísmo. Por ejemplo, no elaborar ninguna teología sin trabajar en conjunto con colegas judíos. Esta teología nunca debería dar a entender que los judíos fueron maldecidos por Dios por la crucifixión o el rechazo a Jesús. También hay que desconfiar de toda teología autocomplaciente, recordar que los cristianos no están facultados para juzgar quién es judío y que el discurso y el tono de los cristianos, cuando hablan de los judíos en su ausencia, deben ser iguales a los que usan cuando los judíos están presentes.
  • El reverendo Dr. Bo Sandahl lamentó que, en la tradición de la Missio Dei, se dejara de lado la alianza mosaica. En la teología de la creación, el movimiento fue de la creación del mundo a la llegada de Cristo, omitiendo toda la historia de las interacciones de Dios con Israel. La reciprocidad y la cooperación son principios vitales y el diálogo judeo-cristiano debe convertirse en nuestra misión común.
  • La Dra. Debbie Weissman expresó la necesidad de que los universitarios judíos exploraran más la relación que tenían los judíos con los cristianos en la Antigüedad. Afirmó que nuevas investigaciones revelan que el judaísmo rabínico se desarrolló en el contexto de una presencia cristiana oriental.
  • El profesor Dr. Gregor Maria Hoff señaló la diferencia entre los textos institucionales y las comunidades de fe que viven y practican la religión. Abogó por «una nueva gramática de la manera de representar el Signo de Dios en una sociedad compuesta de presencias diferentes».

Reflexiones finales

La consulta fue muy rica y motivadora, tan rica que llama a seguir profundizando el estudio y la acción. Su tema se desarrolló en torno a la autocomprensión de los judíos y los cristianos y a la exploración de sus respectivos límites. Para el pueblo judío, nada es más importante que permanecer judío. Por su parte, los cristianos consideran que su fe implica dar testimonio de la vida y la muerte de Jesucristo, incluso en un contexto de encuentro y diálogo. Pero, como dijo Phil Cunningham citando a Michael McGarry, Dios no quiere un mundo sin judíos.

La consulta nos concientizó sobre el empleo de algunas palabras: su uso puede parecer simple, pero en realidad son muy complejas. Ver la semejanza de Dios en el rostro del otro debería obligarnos a «hacer teología» juntos y analizar el sentido de las palabras que utilizamos.

Una de las cuestiones que surgieron es si las comunidades religiosas asumen el peso de la historia o no. Algunas Iglesias como la Iglesia Católica, la Comunión Anglicana y la EKD claramente lo hacen. Con excepción de tradiciones más místicas, el judaísmo siempre estuvo profundamente arraigado en las experiencias históricas de Israel.

La Shoá cambió la actitud de los cristianos hacia el pueblo judío. Algunas Iglesias tratan incluso de deshacer el pasado y enseñan la transformación de la relación entre cristianos y judíos en países que han sido anteriormente cristianizados con una teología de la sustitución del siglo XIX. Muchos países no tienen una población judía y sin embargo operan con una teología de la sustitución.

Es evidente que se debe buscar un nuevo concepto de la misión. Es posible hallar un terreno de entendimiento en valores comunes como la justicia social y la paz. Las palabras Mitzvah y Tikkun Olam son usadas corrientemente por los judíos para eso, pero esas palabras no pueden ni deben reemplazar al término «misión» pese a sus connotaciones un poco dolorosas. Quizá la palabra «misión» pueda ser recuperada y asociada a la humildad, la responsabilidad y la vulnerabilidad, dejando atrás de este modo el uso del poder. La hubris debería ser reemplazada por una evaluación honesta del pasado. Se puede y se debe reemplazar la misión por el diálogo: el diálogo implica que el Otro, cada «Otro», es un compañero y no un objeto.

Durante la consulta, varios participantes afirmaron que el ICCJ es una organización única en la que judíos y cristianos pueden abordar juntos temas controvertidos e incluso conflictivos. Estos encuentros nos permiten construir confianza y llevar a nuevos participantes a involucrarse en esta empresa. Si el diálogo se convertirá en nuestra nueva misión, debemos encontrar la manera de compartirlo con todo el mundo. Parece urgente aventurarnos en nuevos territorios geográficos con la colaboración de otros y ver nuestra nueva misión/mitzvah como un esfuerzo tendiente a convertirnos en una bendición de unos para otros y también para el mundo.

 

Editorial remarks

(Traducción: Silvia Kot)